"Vivir
es soñar, y liderar, hacer posibles los sueños", afirma el profesor del
IESE Santiago Álvarez de Mon en el último número de la revista IESE Insight.
Con
motivo del 50 aniversario del discurso que Martin Luther King pronunció desde
las escalinatas del monumento a Lincoln, Álvarez de Mon repasa en un artículo algunas de las claves que permitieron
a este pastor baptista conectar con millones de personas.
Se
trata de cinco elementos que pueden resultar útiles a cualquier persona que quiera
llegar a una determinada audiencia comunicando con claridad y sencillez.
1. Una idea fuerza, un argumento central que preside toda
la comunicación. En el caso de King, el sueño de la libertad, aplastada en
pleno siglo XX por el racismo y la injusticia.
2. Esa idea moviliza su energía, engarza sus palabras y
silencios. Es la visión altruista y noble que tiene de su vida lo que le da
sentido a la misma y explica el propósito último de su misión.
3. La idea alza el vuelo, coge altura y se consolida con
el tiempo porque está cosida a valores universales e intemporales que nos
definen como especie. La libertad, la justicia, la solidaridad, la amistad, el
amor... En definitiva, la vieja y noble aspiración de una vida digna y buena,
propia de seres humanos.
4. ¿Cómo se conecta con una masa de cientos de miles de
personas? Dirigiéndose al corazón de cada uno de los hombres y mujeres allí
congregados. El “I have adream” llega e ilumina porque King es el portavoz autorizado de todos
ellos. “I have a dream” es la representación personal y
comprometida de “We have a
dream”. A través de King, sociedad y persona, muchedumbre e individuo, se
unen misteriosamente. Dicen que el poeta plagia los sentimientos del lector.
Así ocurrió aquel día en Washington. Cada ciudadano aportó su caudal de
emociones y sentimientos, y King tuvo el don y la oportunidad de expresarlos
con su poderosa palabra.
5. En eso consiste el arte de comunicar. Significa
compartir, poner en común, facilitar un encuentro donde el otro, ignorado,
desconocido en un mar de clichés y prejuicios, resulta ser la otra cara del yo
más profundo. Por este motivo King no se limitó a dirigirse a sus conciudadanos
negros. Su target era lo mejor del alma estadounidense,
plasmada en las palabras de su constitución.
Ver también: Aceprensa "El colapso de la familia negra amenaza el “sueño” de Luther King"
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