Si bien es cierto la publicidad refleja nuestros
valores, lo hace siempre según criterios estratégicos. Esto plantea una
importante cuestión: ¿qué valores son impulsados en la publicidad, y cuáles son
deliberadamente relegados?” (Richard Pollay, autor de Advertising: The Distorted
Mirror).
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Hace días que este spot se publicó en Internet y ya es un auténtico boom en las redes sociales: más de 10 millones de visitas en la página oficial, con reproducciones en decenas de blogs y páginas web, y traducciones a varios idiomas.
El vídeo comienza de modo fuerte y violento: la cámara en movimiento y el montaje dinámico transmiten desasosiego y agitación. Un niño ha sido pillado in fraganti cuando robaba en un comercio. La dueña le arrincona y le grita, incluso le abofetea. Cuando el niño abre su mano, vemos lo que ha cogido: medicamentos. “Son para mi madre”, dice mientras baja la cabeza.
Es ahí cuando aparece el protagonista de la historia. El dueño de un bar cercano ha visto y escuchado todo, y decide intervenir. Pide calma a la señora y pregunta al niño: “¿Tu madre está enferma?”. El niño asiente, compungido. Y el hombre muestra un gesto de inmensa magnanimidad: paga las medicinas a la dependienta y se las entrega al niño junto a una sopa de verdura para su madre…
Este arranque presagia un relato lleno de emociones. Porque pasan los años, y esa referencia a las medicinas –sembrada con acierto en el guión– se convierte en un leit motiv narrativo y temático muy hondo, algo que provoca un giro sorprendente y conmovedor. No voy a contar la historia. Quiero que tú la veas y la sientas personalmente, que saborees su delicadeza y su ternura. Hasta llegar al lema final: “Dar es la mejor comunicación”.
Sí, hacen falta anuncios con valores. Una publicidad que aporte optimismo y esperanza, que nos ilumine y enriquezca. Publicidad emocional, porque el ser humano necesita emociones y chispazos de luz interior; necesita sentir que en la vida hay algo más que triunfar o poseer. Al final, esas campañas emotivas son las que permanecen; porque, nos guste o no, emocionar no sólo es positivo, sino también rentable.
Fuente: Marketing y Cine con Valores
2 comentarios :
Emotivo e iluminador, esas son las dos palabras con las que describiría este vídeo.
Demuestra que mediante un simple anuncio, la publicidad puede hacer llegar a las personas lo importante que es el ayudar, la comunicación, el compañerismo... esos valores que quizá la gente olvide en algún momento y que son realmente importantes.
Mónica Valverde Collado
Marketing de servicios (UAH)
Estoy totalmente de acuerdo con lo que ha dicho Mónica.
Este video nos muestra como ser mejor persona y ayudarnos los unos a los otros de forma desinteresada, solo para conseguir una sociedad mejor.
Si comparamos este tipo de publicidad con la que estamos acostumbrados a ver en diferentes medios, esta nos sensibiliza y nos hace reflexionar.
Álvaro Laza Martín
Alumno Marketing TIC Grado Sistemas de Información
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