A continuación, se resumen en 10 cuestiones que la persona que dirige una
pyme debe tener siempre presentes para mejorar el rendimiento operativo y
financiero de la misma:
1.Vigila el proceso de toma de decisiones en tu empresa. Es la parte más difícil del rol del directivo actual. En la pyme se toman
decisiones en entornos muy cambiantes con escasa información y hay que hacerlo
en plazos muy cortos, sabiendo que el precio de la inacción es la inacción
definitiva, en otras palabras, el cierre. Pero siempre que se tome una decisión
hay que hacerlo con entusiasmo y confianza y sin olvidarnos de ser humildes y
aprender de nuestros errores, porque la mejor de las decisiones no tiene valor
alguno si no se implementa. Hay que ser
conscientes en todo momento del impacto de la resistencia al cambio (incluida
la propia) en la toma de decisiones y su implementación.
2.Por favor, piensa de un modo estratégico, por favor, por favor… De tanto centrarnos en tapar los agujeros del día a día, no nos damos
cuenta de que el barco que es nuestra empresa navega sin un rumbo claro, y lo
normal en ese caso es acabar encallando en algún bajío o hecho trizas en un
acantilado, el resultado es el mismo, un naufragio. Sin pensar en el medio y largo plazo nuestra empresa acabará siendo un
precio más.
3.Mima tus activos más importantes: las personas que
trabajan contigo y tus clientes. El orden es cuestión de gustos y filosofías,
aunque en tiempos como los actuales al final los clientes deberían ser lo primero que ayude a la supervivencia de la
pyme.
4.Concéntrate en tus operaciones, es decir, en las actividades
que tienen como resultado nuestros productos y servicios, ya que son el único
modo real de mejorar el rendimiento de una empresa....Sigue leyendo, por favor...
5.Céntrate en tus productos y tus servicios, vigilando
constantemente lo que quieren tus clientes y cómo encontrar productos que
satisfagan sus necesidades.
6.Sé que lo sabes, pero no te olvides de buscar la máxima calidad en lo que
hace tu empresa. Hay que considerar siempre la calidad
como un conjunto de factores que muestran en qué medida nuestros productos
satisfacen la demanda de los consumidores. Nuestra
visión de la calidad no la deben dar las certificaciones, sino nuestros
clientes, y debemos responderles superando sus expectativas.
7.Diseña los procesos de tu empresa; si no lo haces tú, otros lo harán por ti
y ya sabes… Basta con partir del concepto de
proceso, que se puede definir como un conjunto de tareas que unidas dan como
resultado la generación de valor para el cliente. Si no tenemos control sobre
algo tan vital como nuestra capacidad a la hora de generar valor para el
cliente, los problemas estarán a la vuelta de la esquina.
8.Hay que tener un plan preparado para casi todo. Comenzando por esforzarse en conseguir los mejores pronósticos posibles
sobre la demanda futura de tus productos y servicios, el alcance de los mismos
dependerá en buena parte del histórico de datos disponible.
9.Mucho ojo con tu cadena de suministro. Para muchas empresas
la cadena de suministro es una de las grandes olvidadas y ese descuido suele
costar clientes y, por lo tanto, mucho dinero.
10.
Al final, para poder gestionar siempre
hay que medir: Sea cual sea nuestra circunstancia,
hay que tomar decisiones partiendo de datos y fijando objetivos cuya
realización podamos verificar.
Foto @Nathan E
Photography, distribuida con
licencia Creative Commons BY-2.0
Fuente: Con Tu Negocio
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