Operación Palace,
el falso documental sobre el Golpe de Estado de Antonio Tejero el 23 de febrero
de 1981, arrasó entre el público. El espacio de Jordi Évole fue seguido
por más de 5,2 millones de espectadores el 23,9% de share que lo convierten en
la emisión no deportiva más vista en la historia de la Sexta.
Este programa firmado por Évole, que supone un
ejercicio de debate sobre el poder de los medios y su capacidad de influencia
fue durante sus 52 minutos de emisión líder absoluto entre todos los públicos y
ámbitos.
En Operación Palace, Jordi Évole trama una
historia sobre lo que pudo haber sido el 23F utilizando de punto de partida el
insólito Oscar que en 1982 recibe el cineasta José Luis Garci por la película Volver a empezar, muy mal recibida por la crítica española pero galardonada en
Estados Unidos a la mejor película de habla no inglesa.
Así se gestó la Operación Palace
Aparecen los periodistas Iñaki Gabilondo, que en aquel momento era el director de informativos de
Televisión Española, Luis María
Anson, al frente de la agencia
EFE, y Fernando
Ónega, director de los informativos de la Cadena Ser y guionista
habitual de los discursos de Suárez.
Diputados que ese día estaban en el Congreso y
presenciaron lo que sucedió, como Felipe Alcaraz, Joseba Azkárraga o Alejandro
Rojas Marcos; así como otros políticos destacados en el curso político del
momento: Federico Mayor Zaragoza, Joaquín Leguina, Jorge Vestrynge e Iñaki
Anasagasti.
También Andreu Mayayo, catedrático de Historia
Contemporánea de la Universitat de Barcelona, pone la guinda del contexto
histórico. Y José Luis Garci participa en el documental como director de escena
del golpe de Estado, consensuado entre los instigadores de la operación.
José Évole explica los motivos de Operación Palace
Los grupos políticos que en ese momento intentan establecer las bases de
la democracia española, ante la fragilidad del sistema y el ambiente convulso
que se vive, deciden urdir un plan para falsear un golpe de Estado por el temor
que se pueda producir uno de verdad. Le
llaman Operación Palace y el director de escena es José Luis Garci.
Para sostener la sensación de realismo y
credibilidad, uno de los rasgos distintivos del falso documental, Operación Palace cuenta con el testimonio de personas que vivieron en primera
persona el golpe de Estado y que han sido muy vinculadas a este hecho
histórico.
El mockumentary es un formato que
exige tener delante de la pantalla a un espectador activo y crítico con lo que está viendo y el objetivo de este
género es aprovechar el lenguaje documental para hacer una crítica irónica, en
el caso de Operación Palace, sobre lo que fue el intento golpista del 23F.
Los
antecedentes de este género se encuentran en "La guerra de los mundos "(1938) de
Orson Welles, en versión radial; La verdadera historia del
cine / Forgotten Silver (1995), de Peter Jackson y Costa Botes u Operación
Luna, (Opération Lune o Dark side of the Moon, 2002) entre otros trabajos
.
Arrasó
también en redes sociales
Las redes sociales tampoco quedaron indiferentes
ante la emisión de Operación Palace, ya que fue líder del share
social con más de 267.000 comentarios, lo que supone una media de cerca de
1.500 por minuto y 107.980 espectadores sociales, según datos de tuitele.tv.
Asimismo, obtuvo picos del 72% en Twitter y un total de 13 trending topic:
9 Nacionales: (#HoyNoche23F, #OperacionPalace, 23-F. Garci, Évole, Fernando Ónega, Tejero, Kubrik, Orson Welles) y 4 Mundiales (#OperacionPalace, Garci, Évole, Tejero, 23F).
9 Nacionales: (#HoyNoche23F, #OperacionPalace, 23-F. Garci, Évole, Fernando Ónega, Tejero, Kubrik, Orson Welles) y 4 Mundiales (#OperacionPalace, Garci, Évole, Tejero, 23F).
El
debate posterior, seguido por 4 millones de espectadores.
Después, el debate que moderó Jordi Évole
sobre el golpe de Estado entre el periodista Iñaki Gabilondo, el exministro de
Defensa, Eduardo Serra y la presidenta de la Sala de lo Social del Tribunal
Superior de Justicia del País Vasco, Garbiñe Biurrun, en la Sexta fue líder de su franja y
segunda emisión más vista de todo el fin de semana con cerca de 4 millones de
espectadores (3.991.000) y el 18,8% de share.
Esta noticia, refleja el impacto de la comunicación en la formación de ideas y valores. ¿Es un ejemplo de manipulación? Aunque no parece que haya una voluntad expresa de engañar, ¿Es ético hacer este documental falso?
Fuente: Europa Press "Jordi Évole arrasa con Operación Palace, su falso documental del 23F". Ver también "Noticias y vídeos de la Operación Palace",¿Puede una mentira explicar la verdad? y sobre todo el especial de La Sexta sobre Operación Palace
2 comentarios :
Yo fui uno de los 5.2 millones de espectadores que vio el falso documental.
He de decir que el programa resultaba demasiado increíble en algunos aspectos, sobretodo en el de mantener el silencio de tanta gente durante tantos años.
Contestando a la pregunta planteada en la entrada sobre si es un ejemplo de manipulación, creo que no, pues sólo lo sería si al final del falso documental no quedase patente que era falso y que el objetivo era hacer pensar sobre si todo lo que nos cuentan es real y crear otro punto de vista sobre que ocurrió aquel 23F pues aún no lo sabemos realmente por la confidencialidad de los documentos.
Para la otra cuestión de si es ético hacer un falso documental formularé otra pregunta. ¿Es ético hacer un falso documental y no informar de ello? En mi opinión, una vez que el espectador es informado de que es falso, la ética no queda cuestionada.
Otras cadenas, ya que hace referencia a La Sexta dan constantemente noticias sobre política, economía,... que son falsas o claramente manipuladas por sus ideas que llegan a espectadores que ni las cuestionan ni las ponen en duda, generando una falsa realidad. Sí, me refiero a cadenas de derechas pues son las que más manipulan la información.
Silvia Castelbón Sanz.
Marketing Internacional.
Personalmente, me pareció un gran acierto la emisión de este programa.
Ha recibido muchas críticas de espectadores que se sintieron engañados, pero no percibo que ese fuera el fin único del programa. Jordi Évole pretendía que la audiencia reflexionara, sobre lo manipulables que somos a través de los medios. Día tras día nos ofrecen noticias e historias que creemos, sin plantearnos su veracidad, o la neutralidad de los comunicadores.
Además, ¿quién no se rió de si mismo por creer una historia tan inverosímil? Fue un programa innovador, que nos sorprendió a todos. Y consiguió lo que quería, un máximo de audiencia muy merecido.
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