En estos tiempos de crisis prima lo urgente sobre lo
importante. La urgencia lleva a algunos directivos concentrarse excesivamente
en el corto plazo, perdiendo perspectiva. Se decantan por la reducción de la
plantilla, la rebaja de sueldos, la disminución de la jornada o conceptos
similares. Al dividir la producción entre el número de empleados, la
productividad aumenta teóricamente, pero no es repunte sostenible.
Lo importante es mejorar la
productividad de manera sostenible, la productividad derivada de un aumento de
la producción por persona contratada, no al revés (que cada vez se produzca
menos, aunque sea con menos personas). ¿Cómo lo conseguimos? Necesitamos
políticas que nos ayuden a mantener a los empleados motivados
y comprometidos: políticas de comunicación interna, de RSC interna,
conciliación o políticas de formación son algunas de las herramientas
disponibles.
Las estrategias y políticas de
promoción de la salud desde el entorno laboral son relativamente nuevas en
nuestro país, pero sus beneficios están comprobados en el mundo anglosajón.
Velar por la salud física y mental de los trabajadores, promoviendo y
facilitando estilos de vida saludable es una buena herramienta también.
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