A la hora de elegir un
juguete adecuado para nuestros hijos, sobrinos, nietos, etc., parece
que ponemos en marcha diferentes estrategias. La primera responde a la sencilla
pregunta de ¿cuánto te vas a gastar? Y una vez decidida
la cantidad, el mejor regalo es el que se aproxime a la cifra.
Otra estrategia mucho más
elaborada es el de la búsqueda del juguete perfecto, aquel que
entretenga, llame la atención del niño, sea educativo y divertido a la
vez y que permita desarrollar los mejores valores. Buscando este
juguete, los padres terminamos diciendo eso de “en mis tiempos con
cualquier cosa nos entreteníamos”, y embebidos por el aroma
Heno de Pravia añoramos lo de ¡un palooooo! Nostalgias
aparte, os recuerdo que, hoy en día, un palo no cumpliría todas las directivas
de juguetes seguros de la Unión Europea, por lo que habrá que buscar algo más
acorde a los tiempos en los que vivimos.
También podemos preguntar en
google (que lo sabe todo) ¿Qué regalar a niños y niñas que tienen de todo?
Pero corremos el peligro de que nos salgan miles de páginas con miles de
juguetes.
Nuestros hijos están, como los estamos
los padres, inmersos en un mundo donde la publicidad ejerce una fuerte
influencia, y al grito de ¡me lo pido! hemos ido
configurando una lista de cosas que regalar a los hijos. Un trámite que, este
año, volveremos a repetir aunque nos juremos que no vamos a comprar
tantas cosas.
Algunos consejos para elegir
los mejores Reyes:
1.- Que los juguetes son
una estupenda manera para pasar tiempo con nuestros hijos. Menos
juguetes y más tiempo con los hijos es una buena ecuación. Pero no te
abrumes por la falta de tiempo: el tiempo de jugar es más cuestión de
calidad que de cantidad. Estar disponible para los hijos conlleva el
que, alguna vez, dejemos
lo que tenemos entre manos para ponernos a jugar con ellos si nos lo piden.
lo que tenemos entre manos para ponernos a jugar con ellos si nos lo piden.
2.- Que el amor, el
cariño no está en relación con el coste y cantidad de regalos. El
cariño se siente, no se compra, y lo sentimos porque notamos que los
que nos quieren están disponibles. Aunque los niños a veces se comporten de
manera más que interesada, esto es pan para hoy y hambre para mañana,
porque con el paso del tiempo los hijos valoran el cariño, la atención, y no lo
que te gastaste en ellos.
3.- Que los juguetes
sirven para entretener, para divertir y cada persona sabe qué le
entretiene y nuestros hijos también. (Por eso para algunos niños leer
es un gran juego).
4.- Que cuando uno tiene
más de lo que necesita (mira el cuarto de tu hijo, ¿anda bien
surtido?) no sabe qué pedir. En ese momento es bueno aprender a
compartir. Pero no esperes a que salga del niño, hazlo tú, enséñale
a compartir, enséñale a prescindir de algo prescindible, a ser generoso. El
precio de un juguete puede convertirse en vacunas, alimentos o juguetes para
niños que de verdad carecen de lo más básico.
5.- Disfruta de la
ilusión de tu hijo, pero con los ojos abiertos. Hay padres que, como
sus recuerdos de la noche de Reyes están cargados de decepción, parece que
quieren compensarlo ofreciendo a sus hijos la noche que ellos nunca tuvieron.
Así que, si tus hijos te invitan
a jugar, juega con ellos pero ponte a su disposición, no les organices
cómo jugar. Y sobre todo disfruta, los hijos crecen rápido
y algunos momentos de juego sólo se pueden vivir en unos determinados años.
Ver también: "Buscar regalos «simples para que no maten la imaginación y la creatividad», y que sean «acordes a cada edad» "
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