Nunca falla. Los niños son espontáneos, divertidos,
tiernos… y en publicidad tienen una magia especial que siempre ayuda cuando hay
que anunciar un producto. No es de extrañar, pues, que a la hora de promocionar sus helados para este verano, LIDL escogiera a un grupo de pequeños para
hacerles una pequeña prueba… ¿Será
verdad eso de que los niños siempre dicen la verdad?
El spot muestra
la típica cámara oculta que se suele
hacer a unos niños sentados en una mesa. ¿Serán capaces de acatar las órdenes
del fotógrafo y no pegarle un mordisco a sus helados mientras esperan? Parece
difícil, más todavía si contamos con que con ellos estaba Jordi Cruz, que ejercía de voz de la
conciencia mala para incitarles a que se comieran sus helados.
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