En el último Corruption Perception Index de
Transparency Internacional (2013) donde figuran, en primer lugar los países
menos corruptos, España ha bajado al puesto 40,
cuando en 2011 era el 31 y diez años atrás el 23. Me temo que el año próximo
será aún peor, después de los escándalos de este año, incluyendo la “operación púnica”, el mayor
escándalo del año en curso. Uno se pregunta por qué. Creo que las causas
de la corrupción son múltiples y probablemente interdependientes. Conocerlas es
un primer paso para actuar con medidas de prevención y disuasión.
Me atrevo a apuntar 10 posibles causas, y dejo en el
aire otras tantas preguntas:
- Codicia personal que lleva a un afán inmoderado de dinero o poder, el cual se busca sin ningún tipo de restricción moral. La causa antropológica desencadenante es el impulso humano innato de poseer bienes externos, cuando no es subordinarlo a la integridad personal. ¿Se valora menos la integridad personal que en el pasado? ¿Faltan motivadores religiosos o de otro tipo quizá más vigorosos en otro tiempo?
- Declive de la sensibilidad ética personal, ya sea por falta de educación o por aprendizajes negativos, desarrollados al no dar importancia a conductas torcidas en el pasado. ¿Conviene revisar la educación ética? ¿Hay que revalorizar la sinceridad con uno mismo y el arrepentimiento y conocer mejor su influencia en promover aprendizajes positivos?
- Falta de sentido de servicio al trabajar en instituciones públicas o privadas. Se manifiesta, por ejemplo, en quien se sirve de la política para sus intereses egoístas, en lugar de servir al bien común a través de la política. ¿Cómo promocionar políticos y líderes con verdadero espíritu de servicio?
- Poca conciencia o escaso coraje para....Leer más...
denunciar comportamientos corruptos y situaciones que facilitan la corrupción. Es el caso de quien conoce la corrupción y no dice nada. Así encubre al corrupto quizá pensando que eso no es un problema propio o, tal vez, por cobardía, para no complicarse la vida. ¿Convendría promocionar una cultura de denuncia de corruptos? - Entornos culturales tolerantes con la corrupción. Ocurre al justificar, y aun admirar, al pillo (“listo el que sabe cómo evadir impuestos”). También al racionalizar falsos argumentos carentes de toda base moral (“todo el mundo lo hace”; “aprovéchate ahora que puedes”; “a vivir que son dos días”). ¿Quién ha de promover esa cultura? ¿Los líderes sociales? ¿Todos?
- Falta de transparencia, especialmente cuando es institucional, pero también en organizaciones menos formalizadas. Saber que lo que haces está a la vista de todos, ¿no puede disuadir actuaciones corruptas?
- Regulaciones y controles poco eficientes. Probablemente no hacen falta más regulaciones ni aumentar los controles: son caros y tienden a ahogar la iniciativa y la dinámica gerencial. Pero sí una mejor regulación y un control más eficaz en ámbitos propensos a la corrupción. ¿Es eso tan difícil?
- Procesos judiciales lentos. En algún otro país habría que añadir “y poco fiables”. No creo que sea este el caso de España, que los jueces, salvo contadas excepciones, actúan con imparcialidad y sentido de la justicia, pero no se escapan de la crítica de ser extremadamente lentos. Los procesos rápidos pueden tener un mayor efecto ejemplificador que aquellos que cuando sale la sentencia, ya casi se ha olvidado el delito. La justicia exige que haya recursos y garantías, pero no hasta el punto de ralentizar tanto la administración de justicia. ¿Necesitamos más jueces, pero también mejores procesos?
- Falta de criterios morales en la promoción. Se favorece la corrupción cuando en la promoción faltan criterios de integridad probada y responsabilidad. Se omiten esos criterios cuando se promociona a alguien simplemente por su lealtad a quién manda o a los quienes controlan el partido. También si sólo se evalúan sus dotes estratégicas u organizativas. Es evidente que uno puede equivocarse al hacer un nombramiento, pero no se debe confundir error con ignorancia culpable por negligencia o falta de valoración ética. ¿Es un problema de miopía ética?
- Poca decisión en aplicar sanciones ejemplares ante actuaciones corruptas. No dar importancia o reaccionar con tibieza ante acusaciones de corrupción crea un ambiente proclive a mantener la corrupción. Lo hemos visto en partidos políticos, aunque últimamente parecen cambiar de actitud. ¿Será consistente y duradero?
En resumen hay causas personales (1 a 4), culturales
(5), institucionales (6 a 8), y organizativas (9 y 10).
Fuente: Blog de Ética Empresarial. Ver también:"Clasificación Global de los Índices de Percepción de la corrupción"; "España, un país de vergüenza" y "Tarjetas B y despilfarro: crónica de un fraude"
3 comentarios :
Efectivamente, la Ley de transparencia es un pilar de la lucha contra la corrupción. En mi opinión, se les debería devolver a los ciudadanos el poder de la representación, es decir que los cargos públicos y los cargos de los partidos políticos sean elegidos directamente por los ciudadanos en primarias abiertas. Que los Programas Electorales tengan la calidad de Contrato entre los partidos y sus electores, es inadmisible que propongan algo y luego hagan los políticos lo que les da la gana, además tienen que dar explicaciones adecuados sobre lo que hacen o dejan de hacer. Desde luego la reforma de la Ley Electoral y por último, que los cargos públicos imputados por corrupción dimitan inmediatamente, estas, entre otras muchas otras medidas de menor alcance.
Con independencia del partido político que gobierne en el país,la corrupción siempre ha estado presente en España,dándose un incremento estos últimos años que preocupa a la sociedad.Si lo pensamos,aparte de que las resoluciones judiciales son lentas,es decir los mecanismos para procesar a los imputados por fraudes fiscales no son eficaces si los comparamos con el resto de países europeos,no hay suficientes inspectores de hacienda para abarcar todos los casos que se están dando estos últimos años.El artículo no menciona un caso también famoso,y es el caso Pescanova,eso si que es un ejemplo de como el Presidente de la Entidad,Manuel Fernández Sousa,llevo a la quiebra financiera a la compañía con una gestión nefasta de las cuentas de la compañía,siendo finalmente absorbida en concurso de acreedores por el Grupo Damm y Luxempart.
Lo que es más preocupante es ver como los que han sido gobernantes políticos na vez acabada su carrera política son elegidos a dedo para formar parte del Consejo de Administración de las grandes entidades financieras.
Finalmente,creo que es necesaria una regeneración política del sistema actual,porque sino esto se convertirá un escenario en el que cualquier político puede blanquear dinero público y quedar libre de toda responsabilidad penal.
David Azulay Torres
Alumno de Marketing de Servicios
Yo creo que se le dan demasiadas vueltas a algo que se puede explicar de la manera más sencilla:
La corrupción existe porque es una facultad del ser humano (y de la física en general) minimizar la energía empleada para conseguir algo.
Luego, en el otro lado de la balanza están la ética y los valores personales, pero como la propia palabra indica, son función de cada uno, y no podemos dejar en manos de su ética personal que una persona nos robe a los demás o no.
Para que no haya corrupción, lo que debe haber simplemente son mecanismos que la dificulten y disuadan de caer en ella (es decir, consecuencias penales severas). Habrá quien siga robando (tiene que haber de todo en el mundo), pero como inversores racionales que somos la mayoría, muchos no verán que ese ratio beneficio/riesgo les salga rentable, y dejarán de hacerlo.
Dos ejemplos de esas dos últimas medidas: si se prohíben las armas, habrá menos asesinatos, y si robar coches no estuviese penado, seguro que habría más robos de coches. Pues con la corrupción lo mismo: si se exige legalmente la transparencia y se penan los actos irregulares, disminuirá la corrupción.
Tema distinto ya es que esto que he escrito (tan evidente) luego no se quiera llevar a la práctica porque los propios legisladores son los que más se beneficien de la corrupción.
Un saludo!
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