Muchas
empresas globales se encuentran con que su estrategia ha evolucionado más
rápido que el liderazgo de sus directivos, un desfase que origina problemas de
gestión. Uno de los más graves es la escasez de líderes dotados de competencias
globales, tanto en la sede central como en los mercados donde la compañía se va
implantando.
En su
artículo "Global Leadership Development, Strategic Alignment and CEOs'
Commitment" (Desarrollo de liderazgo global, alineamiento estratégico
y compromiso de los CEO), el director general del IESE, Jordi Canals, ofrece
un marco para articular un modelo eficaz de desarrollo de liderazgo. La
propuesta se basa en el éxito de los programas de desarrollo de liderazgo
global de numerosas multinacionales.
El modelo
arranca con la definición de las cinco funciones más importantes del CEO,
seguidas de las cuatro competencias básicas de los líderes globales.
Canals recalca la importancia de alinear los programas de desarrollo de
liderazgo con la misión y estrategia de la empresa. La otra clave del éxito de
estas iniciativas sería el firme compromiso del CEO.
Cinco
pilares comunes
A diferencia
de los líderes locales, los globales dirigen a personas de todo el mundo. De
todas formas, muchas de las funciones del CEO son extrapolables a las del líder
global. Canals identifica las cinco más relevantes:
1. Misión. El CEO ha
de transmitir qué encarna la empresa y cuál es su finalidad. Esta función
universal del liderazgo es de suma importancia en las organizaciones globales,
pues deben hilar las distintas unidades de negocio que tienen repartidas por el
mundo.
2.
Estrategia. Los líderes globales han de elaborar una visión del
futuro de la empresa y plantearla en términos inequívocos, racionales y de
equilibrio entre las expectativas y las capacidades reales de la organización.
El pensamiento estratégico implica tomar decisiones, y ahí los líderes globales
tienen más trabajo que los locales. Está en juego la visión a largo plazo que
les permitirá competir y crear valor socioeconómico en la escena global.
3.
Ejecución. Los líderes están orientados a la acción, es decir, su responsabilidad es
velar por la ejecución de la estrategia de la empresa, diseñada en función de
la misión corporativa. La ejecución también comprende el diseño organizacional:
quién hace qué y dónde; los sistemas formales e informales de incentivos, y los
sistemas de control de la gestión.
4.
Integración. En las empresas globales, es imprescindible integrar
a las personas de diferentes orígenes que trabajan en sus distintas unidades de
negocio, funciones y países. El CEO debe ayudar a que todos se entiendan y
estén cohesionados. La comprensión de las diferencias culturales y el trabajo
con personas de nacionalidades diferentes es más importante que en las empresas
locales.
5.
Desarrollo de líderes. Este es un tema especialmente complicado en las
organizaciones globales, de ahí la pertinencia del modelo que presenta Jordi
Canals. Entre estos líderes globales, que han de ser capaces de trabajar en
todo el mundo, no pueden faltar los directivos cosmopolitas y con un profundo
conocimiento de los mercados en los que opera la empresa.
Cuatro
competencias a la altura del reto
Según el
autor, las competencias de los líderes han de apuntalar las funciones que
desempeñan. Por tanto, los programas de aprendizaje y desarrollo no deberían
olvidar que su principal objetivo es mejorar el desarrollo y rendimiento
profesional de los líderes en todas y cada una de sus funciones.
El modelo
que plantea Jordi Canals pivota en torno a las cuatro áreas básicas de
competencias que requieren los líderes globales:
1.
Conocimiento. Es decir, la información, conceptos, modelos e ideas
que deben tener o aprender. También métodos para entender el mundo globalizado
y aquellos países con sistemas económicos y sociopolíticos diferentes.
2.
Capacidades. Van desde el análisis, formulación y resolución de
problemas hasta la toma de decisiones, orientación a la acción, liderazgo,
capacidad para manejarse con la complejidad y la ambigüedad y el diseño
organizacional.
3.
Habilidades interpersonales. Les ayudan a dirigir, involucrar y
motivar a las personas. Son, entre otras, la equidad, el respeto, la
comunicación, el trabajo en equipo, la empatía, la apertura de miras, la
sensibilidad cultural y la valoración de la diversidad.
4.
Actitudes. Son los rasgos personales que influyen en su comportamiento y definen las
bases de su relación con los demás. El modelo de Canals, basado en las virtudes
clásicas, incide en la integridad, la humildad, el conocimiento de uno mismo,
el autocontrol, la determinación y la templanza.
De la teoría
a la práctica
Canals
advierte que "el desarrollo de liderazgo global es decisivo para el éxito
a largo plazo de las empresas globales y, por tanto, debería situarse entre las
prioridades del CEO". De hecho, la eficacia de estos programas depende del
compromiso del CEO, que no solo tendría que participar en ellos, sino también
adoptar un papel activo en su diseño y evaluación. Así se garantizará la
alineación del desarrollo de liderazgo con la misión, cultura y estrategia de
la empresa.
Así como
existen modelos de negocio, en opinión del autor, "debemos contar con un
modelo de liderazgo global que ayude a desarrollar las competencias que exige
la estrategia de la empresa".
Fuente: IESE Insight
Ver también: "¿Qué significa ser un líder global?"
1 comentario :
Ser un líder global pasa por todas las etapas descritas en el artículo : no solo son aprendizajes como los conocimientos de los sistemas económicos de los paises sino también son capacidades que hacen parte de la personalidad de los líderes. Pienso que tener la combinación de ambos requiera mucho tiempo y experiencia.
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