No es lo mismo un vaso que una copa… por mucho que el
concepto y uso sea similar. No es lo mismo un coche que una moto… por mucho que
el concepto y uso sea similar. No es lo mismo un barco que una barca… por mucho
que el concepto y el uso sea similar. Entonces, ¿por qué va a dar igual
llamarle propaganda a la publicidad?… a pesar de que el concepto y uso sea
similar.
Hace algunos días una alumna
(además brillante), después de todo un año de clase, y terminando sus estudios,
me utiliza la palabra “propaganda” para referirse a las acciones comerciales de
comunicación unidireccional utilizada por las empresas con la intención de
incrementar sus ventas. Pues no, ea, que eso no es propaganda, que eso es
publicidad.
Por eso, y a pesar de ser un tema
de “parvulitos de marketing”, me ha parecido interesante marcar la diferencia
entre ambos conceptos.
La principal diferencia está en
la intención: en la publicidad tiene una intención comercial, mientras que la
propaganda tiene una intención política, religiosa o social. Tanto una como la
otra pretenden influir en el público objetivo al que van dirigidas para
modificar su comportamiento: la publicidad a través del deseo o el móvil de
compra y la propaganda mediante las ideas o creencias...
Tanto una como la otra se valen
de los mismos medios y soportes: los medios de comunicación (radio, prensa
escrita, televisión….), pero no por eso son lo mismo. Porque un barco y una
barca utilizan el mismo medio, agua, para navegar y,eso no los convierte en la
misma cosa.
Cuando mi madre dice eso de
“tengo el buzón lleno de propaganda!”, en realidad se refiere a que lo tiene
lleno de publicidad. Posiblemente sea de Carrefour, de Telepizza o de cualquier
marca comercial. Es publicidad que además posiblemente implique una promoción
(2×1, oferta…). Pero no es propaganda. Ni Carrefour ni Telepizza pretenden que
mi madre cambie de opinión política o religiosa.
Cuando un partido político hace
campañas de comunicación (por mucho que ahora se le quiera llamar marketing
político), está haciendo propaganda. De la misma forma que lo hace una entidad
religiosa o una ONG. Porque lo que prentenden cambiar es la opinión desde un
punto de vista de “sensibilización” hacia las opiniones.
Cuando el gobierno hace una
campaña contra el consumo de alcohol, contra las drogas o a favor de lo que
sea, es propaganda. Pero cuando lo hace una empresa privada es publicidad.
Llegado este punto, ahora podrías
preguntar: entonces, cuando una empresa pretende cambiar las opiniones de los
consumidores y mejorar la imagen de su marca, sin pretender vendernos
directamente ningún producto… ¿eso es propaganda? Tampoco!!! Eso es branding.
Y ahora ve al buzón de tu casa.
Ábrelo, mira lo que tienes, y descartando la correspondencia del banco, las
facturas y todo eso, ¿qué tienes, publicidad o propaganda?
Ver también: "Edwards Bernays, el padre de la propaganda moderna"
3 comentarios :
Brillante!
Ya es hora de que aprendamos a diferenciar y llamar a las cosas por su nombre.
Lo mismo ocurre con las relaciones públicas, y es que el chico/a que se hace llamar "relaciones" por dar a probar un producto o por trabajar para una discoteca NO es un relaciones públicas desde el punto de vista de la comunicación como estrategia de marketing, porque no crean acciones de comunicación estratégicas, ni escuchan, ni informan, ni persuaden al público para lograr consenso, fidelidad o apoyo entre el público y la organización.
No tenía del todo claro la diferencia, pero siempre supe que el ministro de propaganda nazi no era un ministro de publicidad.
http://es.m.wikipedia.org/wiki/Joseph_Goebbels
Es interesante el como mejorar una imagen de marca aumentar las ventas omodificar las opiniones políticas o religiosas, son procesos de control de masas muy similares, pero a la vez distintos en su origen y en su fin.
Me parece una entrada muy interesante, puesto que yo, sin ir más lejos, no diferenciaba propaganda de publicidad, lo utilizaba independientemente del contexto. Estoy totalmente de acuerdo, con que las personas mayores utilizan mucho más la palabra propaganda que publicidad, cuando se quieren referir a esta última. Supongo que esto ocurre, de que nunca nadie se ha preocupado en ver las diferencias que tienen y se toman como sinónimos, cuando en realidad tienen connotaciones distintas.
Un saludo.
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