Tal vez el papel tenga sus días
contados. Pero no la capacidad humana de leer y escribir, especialmente en el
ámbito empresarial. Con tanto énfasis en la utilización educativa de las nuevas
tecnologías, quizá se ha reducido el empeño por enseñar lengua a los alumnos.
Lo acaban pagando en la Universidad y, luego, en su trabajo en las empresas.
Pagando, en el sentido estricto del término, porque no son precisamente baratos
los cursos intensivos para recuperar el tiempo perdido.
Lo recordaba el diario Le Monde (20 de enero), en un reportaje dedicado a iniciativas que
ofrecen formación lingüística a quien la necesita para su tarea profesional. Al
cabo, son muchos los mensajes que es preciso difundir a diario, aunque no sea
en papel, sino a través de Internet. Y ha surgido así un “nicho” laboral en
auge. Porque los ejecutivos tienen cada vez más problemas para comunicar, por
su déficit en lengua.
El ministerio francés de
educación reconocía en un texto de 2012 que el dominio de la “ortografía”
retrocedió en los últimos veinte años, junto con la utilización correcta de la
sintaxis y la concordancia de tiempos. Aunque la ortografía como tal no se
analice en los estudios internacionales, Francia admite la severidad del
informe PISA, que señala su declive en escritura y lectura: ocupaba ese año el
puesto 21 de 65: consecuencia de dedicar menos tiempo a lengua en la enseñanza
primaria y secundaria, y de que los maestros sancionan cada vez menos los
errores lingüísticos de los alumnos. Y el déficit reaparece en los graduados
universitarios y en los ejecutivos de las empresas, a pesar de sus títulos
superiores.
Esa carencia coincide con una
época que utiliza habitualmente los mensajes escritos en el trabajo, con una
omnipresencia de “mails”. Los directivos no siempre disponen de un asistente
que pueda releer y revisar sus informes y sus mensajes. Los correctores
digitales tienen sus límites… y no siempre es posible recurrir a que lo revise
el cónyuge, aun respetando las exigencias de la confidencialidad.
El reportaje de Le Monde
informa del “proyecto Voltaire”, una especie de calificación global inspirada
en el TOEFL para el dominio del inglés. Su responsable afirma que “una mala
expresión escrita puede frenar o, incluso, impedir la promoción interna en la
empresa”. Una propuesta comercial llena de errores pierde credibilidad y socava
la calidad del posible servicio. “La ortografía es un marcador social”,
concluye Pascal Hostachy.
Ante esta situación, las
empresas han ampliado sus objetivos de formación, y ofrecen sesiones de
actualización ortográfica, también para sus ejecutivos. La buena redacción
afecta, sobre todo, a los trabajos comerciales y de post-venta: sin una buena
redacción, es más difícil “fidelizar” al cliente. Se comprende que el proyecto
Voltaire se haya aplicado a unas 400 sociedades.
Este panorama abre posibilidades
económicas a quienes dominan la lengua, pero apenas consiguen vivir de las
letras. Ante una necesidad real, se están pagando en Francia 1500 euros por dos
días de inmersión lingüística, ó 5000 por una semana. Los expertos pueden
impartir clases según los sistemas clásicos de formación, o a través de
fórmulas de “e-learning”.
Otra solución, experimentada con
éxito en Estados Unidos, es la oferta de servicios que se ocupan de corregir
textos a vuelta de correo. Se encargan profesionales de cierto nivel, y se
ofrece también la posibilidad de revisar traducciones a otros idiomas. Como
señala Gaëlle Picut en Le Monde, “el mercado de la ortografía parece
tener un futuro brillante”.
Fuente: Aceprensa (servicio de acceso on line)
1 comentario :
La realidad es que la iniciativa que ha adoptado EE UU de requerir profesionales encargados de revisar los errores ortográficos y gramaticales es una medida que se debería adoptar en nuestro país sin duda alguna.
Es muy común encontrarse,como ya hemos dicho en otros artículos,universitarios licenciados cuya capacidad escrita se ha visto deteriorada debido a una utilización masivo de los dispositivos electrónicos,los cuales hacen todo el trabajo.La lengua de cada país es una asignatura muy importante,y es algo en lo que deberían hacer más incapie,como también sustituir la lectura de diarios digitales a físicos en las aulas de los colegios,los cuales hacen mejorar tu nivel de redacción.
En definitiva,no se si existe una solución a problema,porque incluso está presente en el mundo laboral ya que cada vez la era electrónica avanza más rápido,y llegará un momento en que las personas no tengamos ni que realizar ningún esfuerzo por expresarnos bien tanto a nivel oral como escrito.
David Azulay Torres
Alumno de Marketing de Servicios de la UAH.
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