La Fundación BBVA y el InstitutoValenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) ponen negro
sobre blanco una de las máximas que aterra a los jóvenes poco cualificados y a
la sociedad en su conjunto: que los nuevos procesos productivos, intensivos en
mano de obra altamente formada, expulsarán del mercado de trabajo a aquellos de
menor cualificación y condensarán las oportunidades laborales en los nichos de
población que sí han tenido la posibilidad de estudiar y han aprovechado sus
estudios para asimilar "destrezas y conocimientos" de forma efectiva.
El 58,5% de las 7,6 millones de oportunidades laborales que, según sus cálculos,
emergerán en los diez próximos años exigirán un perfil de empleado con estudios
superiores —universitarios o de Formación Profesional de grado superior—,
frente al 39,4% que requerirán estudios medios y el 2,2% que reclamarán
formación básica. En el escenario "más pesimista" el estudio
contempla, incluso, la destrucción de trabajos elementales.
“En la próxima
década las oportunidades de empleo se concentrarán en los jóvenes más
cualificados —en términos de nivel formal de estudios y de competencias
adquiridas—, mientras que los niveles formativos más bajos quedarán fuera del
mercado, acentuándose las desigualdades laborales observadas durante la
crisis”, apuntan los autores de La formación y el empleo de los jóvenes
españoles. Trayectoria reciente y escenarios futuros. Para llegar a esta
conclusión, Lorenzo Serrano y Ángel Soler, profesores de la Universidad de Valencia y firmantes del informe, han analizado los
problemas laborales de la juventud española en las tres últimas décadas, el rol
desempeñado por la formación y las perspectivas de empleo hasta 2025.
Los firmantes
del informe ponen el foco sobre una realidad escasamente tratada, el buen
aprovechamiento educativo (entendido como las destrezas y los conocimientos
efectivamente adquiridos). Y lo hacen con un dato revelador: ya en 2012, un
alto nivel de competencias aumentaba la probabilidad de inserción laboral un
13%, tanto como estar en posesión de un título de educación superior. “La
empleabilidad y el tipo de ocupación dependen de los conocimientos adquiridos y
no solo de tener un diploma”, resumen al tiempo que achacan buena parte de la
sobrecualificación que ha aflorado en España a raíz de la crisis económica a que
“en bastantes casos” las competencias son menores de las que deberían poseer
por su nivel de estudios.
Según sus
datos, uno de cada dos jóvenes teóricamente sobrecualificados —ocupados en
puestos que no requieren estudios superiores— tienen un nivel bajo o medio-bajo
de competencias, mientras que quienes poseen el nivel más alto de competencias
ocupan puestos de trabajo adecuados y apenas padecen el problema de la
sobrecualificación.
En el acto de
presentación de la versión preliminar del informe, Lorenzo Serrano se ha
mostrado especialmente preocupado por el impacto de la nueva configuración del
mercado laboral sobre los ni-nis aquellos jóvenes que ni
estudian ni trabajan. "El riesgo es que se convierta en una trampa
permanente", ha señalado. Según sus datos, un 63% de ellos únicamente han
cursado los estudios obligatorios. Serrano ha remarcado, además, la necesidad
de aplicar políticas ambiciosas en el ámbito educativo que permitan mejorar la
empleabilidad de los jóvenes —"los retrasos en educación tardan mucho
tiempo en subsanarse, lo que explica la brecha entre España y el resto de
países desarrollados"— y ha recordado la necesidad de "evaluar"
las reformas o las medidas que se pongan en marcha en el ámbito educativo.
Los profesores de la Universidad de Valencia también
hacen un llamamiento a la mejora de las "iniciativas públicas y
privadas" y a la puesta en marcha de políticas "ambiciosas y
efectivas" que mejoren la formación y la empleabilidad de los jóvenes menos
cualificados y que permitan mitigar el "riesgo de exclusión" del
mercado de trabajo.
Fuente: El País
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