La mediocridad es un virus elusivo, resistente y desgraciadamente común que poco a poco está socavando los cimientos de nuestra sociedad, y convirtiéndonos en ovejas infelices que no se atreven a salir del rebaño, y que al final acaban persiguiendo a todo el que osa desviarse del camino… aunque éste esté equivocado.
¿Por que si todos lo hacen, no
puede estar mal, no?. En un
momento donde necesitamos más que nunca talento, referentes y a gente fuera de
la media, la mediocridad campa a sus anchas, evitando que la gente se atreva a
destacar por miedo a ser diferente, por miedo a “no encajar” y a ser visto como “raro”.
Desde pequeños se nos enseña a
ser como los demás, a repetir las
cosas tal como se nos han mostrado, a no cuestionar el por
qué de las cosas y sobre todo, a no destacar. En lugar de fomentar que el ritmo
de la educación la marquen los que se esfuerzan, los que realmente sucede es
que la clase siempre se adapta a los que menos
interés tienen o menos aptitudes…
Y
éste es el problema: que sólo hay una forma de evaluar las aptitudes, a través
de las competencias “duras”: matemáticas, física… asumiendo que todos somos iguales, que todos
podemos/debemos ser formados con los mismos parámetros. Y nada más erróneo, se
habla de por lo menos 8 tipos de inteligencia…. y claro, pasa lo que pasa:....Sigue leyendo el artículo completo..
1 comentario :
En mi opinión, parece que la educación que nos han dado no vale para el mundo real, porque no potencia nuestras habilidades. Creo que es cierto que todos tenemos algo especial, alguna habilidad o algo que nos gusta mucho y además se nos da bien hacer. El problema es que no nos han educado para hacer aquello que nos gusta realmente, sino para hacer lo mismo que hace la mayoría. El mundo ha cambiado, tenemos que dejar de conformarnos, dejar a un lado el miedo y arriesgarnos.
Cristina Baeza Suárez
Alumna Marketing de Servicios Uah
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