La crisis en la que nos encontramos se deja notar cada vez más y, lo que
es peor, se está haciendo larga. Los expertos auguran que saldremos de ella,
pero lentamente. Es una previsión, pero su realización tendrá lugar, como la
entera historia humana, con actos de libertad. La solución a la crisis no
depende sólo de la ahora famosa “troika”: Banco Central Europeo, Unión Europea
y Fondo Monetario Internacional. Depende también de todos nosotros. No debemos
esperar pasivamente soluciones venidas de “arriba” o “logros sociales” por
repetidas y molestas huelgas o por sonadas manifestaciones.
Creo que es importante tomar
conciencia de que debemos poner algo de nuestra parte; cada uno lo que tenga a
su alcance. Puede contribuir a ello asumir y difundir buenos valores; ya sean
valores contrarios a aquello que está en el origen moral de la crisis, ya sean
valores refrescantes y animosos que puedan ayudar a superar la situación
actual. Una reflexión sobre esta base me lleva a recomendar siete valores.
Puede haber más, pero me parece que los que siguen no deberían faltar.
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