Desde hace semanas, sigo la información de algunos medios de comunicación sobre los suicidios de los empleados de France Telécom. El tema me ha hecho pensar sobre las posibles causas de esas muertes. "Las historias de trabajadores que se han arrojado al vacío o que se han acuchillado el vientre en plena reunión -algunos tras denunciar "la gestión por el terror" de su empresa o tras confesar su incapacidad para "afrontar otra reorganización"- han destapado la existencia de un clima social pésimo, de un malestar mareante y de una gestión organizativa dudosa... en el gigante de las telecos". Este párrafo pertenece a un reportaje, que hoy publica el país, sobre esa ola de suicidios en France Télécom cuyo título es muy significativo: ¿Mata el trabajo o la mente?. Después de leer ese reportaje me he hecho muchas preguntas. Por ejemplo, ¿trabajamos para vivir o vivimos para trabajar? ¿Qué pasa en nuestra sociedad para explicar esos suicidios?...Me he acordado de un libro de Viktor Frankl que refleja la importancia del sentido de la vida, de la lucha por superar el sufrimiento y la desesperanza. Su título es "El hombre en busca de sentido".
Personalmente, estoy convencido de la importancia de darle un sentido al trabajo que sea coherente con un sentido de la vida, que nos facilite nuestro desarrollo como personas y nos haga más felices. Todas los actos humanos (libres) tienen un sentido, por eso siempre tienen una dimensión ética (nos ayudan o nos dificultan nuestro desarrollo como personas).
Hay una frase de Viktor Frankl que suelo recordar cuando alguien me pide un consejo sobre su futuro profesional: "es más importante con quién se trabaja, que en qué se trabaja". Es una realidad que el clima laboral, nuestras relaciones con nuestros compañeros y jefes, pueden influir mucho en la decisión de aceptar un trabajo o cambiar de empleo. Por eso, son tan importantes las características (comportamientos, principios y valores) de la cultura de la empresa. Con frecuencia se olvida que el hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económico-social.
El Marketing puede considerarse una cultura de gestión, orientada a satisfacer las necesidades y deseos de los clientes y usuarios que forman parte de su mercado. Termino, pidiendo disculpas por la extensión de la entrada, pero me parece que vale la pena reflexionar sobre: ¿Qué condiciones han de cumplirse, para que las actividades del Marketing favorezcan el desarrollo como personas de los empleados y de los clientes?