Marketing y Servicios: Consumo colaborativo
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martes, 6 de octubre de 2015

Turismo colaborativo


El consumo colaborativo ha llegado al sector del turismo para quedarse, ofreciendo nuevas formas de viajar, compartiendo recursos y experiencias, y planteando nuevos retos para el sector, que tienen que ver con un nuevo modelo de alojamiento, nuevas estrategias de marketing online y grandes dificultades para conjugar legalmente todas estas novedades con el alojamiento reglado y tradicional.
Al calor de esta nueva tendencia están surgiendo nuevas compañías también, como es el caso de Trampolinn, una nueva plataforma que gestiona estancias en casas de particulares y define su objetivo como “aportar al viaje su sentido principal: el enriquecimiento de los miembros de la comunidad mediante el encuentro de culturas y pueblos. Descubrir la realidad de la vida de las poblaciones locales, así como la variedad de la gastronomía y de las artes constituye la riqueza de un destino. Y esto es posible gracias al consumo colaborativo y en especial al turismo colaborativo”.

miércoles, 26 de agosto de 2015

¿Cooperación, o competencia, o ambas?


¿Es la competencia la estrategia mejor en economía? ¿O es la cooperación? Desde antiguo se viene diciendo que la competencia es condición de eficiencia, de menores precios, de más productividad, de innovación y mejoras en la calidad, de inventiva y búsqueda de nuevas oportunidades. Pero ahora parece que está de moda la cooperación. Uber presta servicios de taxi mediante la colaboración de muchos conductores más o menos profesionales, y lo mismo ocurre con Lyft, SideCar, BlaBlaCar y otros muchos. Airbnb permite compartir viviendas y habitaciones y LeftoverSwap comidas. En SnapGoods y Streetbank podemos alquilar material del hogar; DogVacacy permite dejar el perro al cuidado de otra persona, Taskrabbit permite alquilar horas sueltas de trabajo de uno mismo; ClosetDash sirve para ocupar partes del armario que no usamos; RelayRides y Getaround alquilan coches a los vecinos; lendingClub presta dinero…

¿Competencia o cooperación? Me parece que la pregunta está mal planteada. Un conductor de Uber compite con los demás conductores, aunque comparta su coche con el cliente, que le paga por ello: competencia y cooperación. También mi supermercado tradicional resulta de la cooperación de muchas personas (propietarios, directivos, empleados, proveedores, incluso clientes), pero compite con otros supermercados a la hora de recibir mi pedido. El mercado, el vilipendiado mercado, es un formidable medio de cooperación, por el que una persona puede especializarse en hacer algo contando con que otra le pagará por ello. 

lunes, 24 de agosto de 2015

Nace la primera "ropateca"


Dos hermanas alemanas residentes en Barcelona, Christine y Maria Schorn, han creado un proyecto pionero en España, inspirado en empresas «online» y del norte de Europa. «Ropateca» funciona como una biblioteca. Pero, en lugar de libros, presta ropa y bolsos a los socios, que deben abonar una cuota mensual de 15 euros que les permite disfrutar de hasta tres prendas a la vez.

De momento, esta firma dispone de 400 prendas. Christine subrayó a la agencia Efe que la Ropateca se inauguró en diciembre y que de momento funciona bien, porque «cada mes crece el número de personas que se apuntan a esta fórmula para vestir a la moda y variar de ropa sin necesidad de tener que comprarla».

Esta emprendedora asegura que aunque a la gente le cuesta acostumbrarse a este tipo de negocio y compartir ropa «esta fórmula tiene mucho futuro, primero por la crisis y luego porque está de moda compartirlo todo y ésta es una tendencia que acabará cuajando»

sábado, 8 de agosto de 2015

Cómo lograr vacaciones gratis (o casi)


El consumo colaborativo ha alcanzado cifras récord en los últimos años. Casas, habitaciones, coches, ropa y hasta comida compartida se traducen en ahorro para quienes se plantean viajar y conocer nuevos lugares y personas.

El intercambio de casas es un sistema que consiste en una red de propietarios que ofrecen su vivienda a cambio de otra, con la finalidad de pasar días, semanas o meses en una nueva ciudad pero con todas las comodidades de un hogar.

Entre los portales que ofrecen este servicio está IntercambioCasas. Es uno de las plataformas más populares, ya que con el pago de una cuota por afiliación de 130 euros por 12 meses se tiene acceso a una red de 65.000 viviendas en 150 países. Nació en 1992 como un catálogo impreso que se enviaba por correo postal y hoy es una empresa pionera en el consumo colaborativo.

Otra de ellas es HomeforHome, que ofrece viviendas para intercambio y que actualmente cuenta con más de 43.119 casas en 130 países. La página brinda a los propietarios un mes de prueba gratis y ofrece varias opciones de pago: tres meses y por un año, a 6,67 euros y 3,50 euros cada mes, respectivamente. También tiene el plan premium, válido por un año pagando 5,58 euros cada mes.

lunes, 20 de julio de 2015

Cómo crear un negocio colaborativo como Blablacar


Se las conoce como plataformas online de economía colaborativa. Su propagación es imparable y están poniendo en jaque a las empresas tradicionales. En 2013 movieron 2.580 millones de euros en todo el mundo, un 25% más que el año anterior, según estimaciones de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. En lugar de productos materiales ofrecen servicios a un precio mucho más reducido: compartir gastos de gasolina y renunciar al alquiler de un coche, pasar de los hoteles y pagar por una habitación a algún particular en una capital europea o encargar un plato de comida casera a un chef aficionado que cocina desde casa. Los beneficios para el usuario están claros. ¿Y para estas empresas? ¿Son compatibles con facturaciones millonarias?
La respuesta a esa pregunta parece afirmativa en el caso de la compañía estadounidense de hospedaje entre particulares Airbnb. El valor de la plataforma, que opera en más de 34.000 ciudades de 190 países, asciende a 20.000 millones de dólares (unos 17.800 millones de euros), según publicó el pasado febrero la web especializada en tecnología TechCrunch. “Hay oportunidad. Cuando uno de estos sites funciona se puede replicar en otras ciudades o países, con pequeños cambios para adaptarse al contexto cultural”, apunta Miguel Ferrer, coordinador de SharingEspaña, una asociación creada a finales de 2014 que aglutina a 38 empresas de economía colaborativa. Entre ellas están las ramas españolas de Airbnb o Blablacar, la popular web para compartir viajes en coche que ya usan 10 millones de usuarios en 13 países y que desde el pasado julio cobra una comisión en España de entre el 9 y el 12% por transacción. 
¿Puede cualquier emprendedor lanzarse a la aventura de montar uno de estos negocios? Cristóbal Gracia, miembro de la asociación para promover la cultura colaborativa OuiShare y profesor del taller Emprender en la economía colaborativa, impartido por la incubadora Barcelona Activa del Ayuntamiento de Barcelona, ofrece seis claves para no fracasar en el intento: Leer el reportaje completo en El País.

lunes, 15 de junio de 2015

Estado del Coworking en España 2014

El coworking (en español cotrabajo, trabajo cooperativo o trabajo en cooperación) es una forma de trabajo que permite a profesionales independientes, emprendedores, y pymes de diferentes sectores, compartir un mismo espacio de trabajo, tanto físico como virtual, para desarrollar sus proyectos profesionales de manera independiente, a la vez que fomentan proyectos conjuntos. 
El neologismo «cotrabajo»  es la traducción al español del término coworking, pero el uso directo del anglicismo es casi más aceptado que el propio término «cotrabajo».
El coworking permite compartir oficina y equipamientos, y constituye una propuesta más elaborada que los de los denominados «cibercafés», entornos en los que también se cuenta con conexión a Internet. 


sábado, 23 de mayo de 2015

El valor de la sostenibilidad


Sustainable Brands es una iniciativa impulsada hace diez años en los Estados Unidos por Koann Vikoren Skrzyniarz para generar una comunidad de profesionales del mundo de la empresa interesados en la innovación y la sostenibilidad. Entre sus principales iniciativas están las conferencias que tienen lugar en diversas ciudades del mundo. Gracias a los amigos de Quiero Salvar el Mundo Haciendo Marketing, Sustainable Brands ha llegado a España, y desde el Center for Business in Society hemos colaborado como socios académicos del evento.

Durante dos días hemos tenido ocasión de escuchar diversas experiencias de marcas que trabajan en torno a la sostenibilidad, y hemos crecido en la convicción de que este enfoque no sólo aporta valor a las empresas sino también a la sociedad.


Reimaginar (Reimagine), Rediseñar (Redesign) y Regenerar (Regenerate) son tres conceptos en torno a los que giran las conferencias de Sustainable Brands, y así fue también en el caso de la conferencia en el IESE.

La sostenibilidad es, en primer lugar, una ocasión para reimaginar, es decir, para cambiar nuestros procesos de decisión. La sostenibilidad no es sólo “cambiar cosas de sitio”, un maquillaje superficial para que todo siga igual. Es, sobre todo, introducir nuevas variables en los procesos de decisión; darnos cuentas de que en la cadena de valor de la empresa podemos introducir variables distintas a las estrictamente económicas, incluyendo criterios sociales, medioambientales, éticos en los procesos de decisión. La sostenibilidad entra en todas las áreas de la empresa, porque todas pueden reimaginar sus funciones y tareas.

jueves, 21 de mayo de 2015

El consumidor rebelde


Durante muchos años las marcas han apostado por valores muy cercanos a los exponentes del capitalismo puro y duro, por ello muchas de ellas se han convertido en el estandarte de este por todo el mundo y en embajadoras de la globalización. En otras épocas fueron símbolo de la libertad. Un botón de muestra lo encontramos en la entrada de Coca Cola o McDonald’s en el este de Europa tras la caída del Telón de Acero.

En la actualidad, los ciudadanos tienen un resentimiento hacia los valores transmitidos por esas organizaciones, por ello las culpan de ser las responsables de la crisis, de la coyuntura socioeconómica en la que nos encontramos o incluso de darles la espalda. Un estudio de “Mikroscopia”, confirma “la aversión de los ciudadanos hacia las grandes marcas y corporaciones”. El informe coincide con el del CIS en que el 25% de los españoles rechazan las grandes firmas.

Esta tendencia del mercado ha dado lugar a lo que se conoce como el “consumidor rebelde”, el fenómeno tiene su símil político en partidos como Podemos que surgen como respuesta al enquistamiento y cronificación de la crisis.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Compartir mola: la revolución colaborativa

El Consumo colaborativo o Economía colaborativa es un sistema económico en el que se comparten y se intercambian bienes y servicios a través de plataformas digitales. Se refiere a la manera tradicional de compartir, intercambiar, prestar, alquilar y regalar, redefinida a través de las tecnologías de la información y la comunicación y las nuevas maneras de medir la reputación de las personas.
El movimiento del consumo colaborativo supone un cambio cultural y económico en los hábitos de consumo marcado por la migración de un escenario de consumismo individualizado hacia nuevos modelos potenciados por los medios sociales y las plataformas de tipo peer-to-peer (red-entre-pares o red-entre-iguales).
En los servicios de consumo colaborativo las barreras de desconfianza se ven minimizadas gracias al uso de perfiles de usuarios con valoraciones y referencias añadidas por otros usuarios, lo que da origen a nuevas maneras de relacionarse, intercambiar, y monetizar habilidades y/o bienes económicos, lo que era impensable hace unos años.
Aunque en este blog hay varias entradas sobre este tema, ahora quiero presentarte un vídeo donde los protagonistas nos cuenta sus experiencias sobre la revolución colaborativa.

domingo, 10 de mayo de 2015

Vivir mejor con menos.La economía colaborativa





¿Cuándo fue la última vez que usaste ese taladro que compraste? ¿Sabes cuántas veces  lo vas a usar durante toda tu vida? ¿Podrías calcular el tiempo que pasa tu coche estacionado y el dinero que eso te cuesta al cabo del año? ¿Sabes cuántos días se ocupan las segundas residencias durante un año?

Vivir mejor con menos, te descubrirá por qué consumir más no equivale necesariamente a vivir mejor y te planteará un nuevo modelo en el que el consumo se entiende como un medio para el bienestar y no un fin en sí mismo.  Una gran mayoría es consciente de que el modelo económico actual hace aguas; millones de personas están buscando y proponiendo fórmulas alternativas basadas en la economía colaborativa y, por ende, en el consumo colaborativo, que recuperan las ideas de compartir, colaborar, reutilizar y reciclar. 



sábado, 9 de mayo de 2015

Primera campaña en televisión de Airbnb


Fundada en 2008, la web de alquiler de propiedades Airbnb había centrado hasta ahora sus acciones de marketing en internet y en las redes sociales. Su crecimiento exponencial (necesitó cuatro años para alcanzar su primer millón de huéspedes y en los dos últimos años alrededor de 30 millones de personas ya han utilizado su servicio) ha propiciado que la compañía estadounidense dé el salto a los medios convencionales.


Bajo el título, 'Never a Stranger' el anunciante ha estrenado su primera campaña en televisión, que también se difunde online. Creada por TBWA/Chiat/Day, el spot se centra en Ellie, una viajera que escribe una carta a su anfitrión de Airbnb donde traza un recorrido emocional a través de sus viajes, desde cómo responde a las preocupaciones de sus amigos acerca de alojarse con desconocidos, hasta el placer de viajar por todo el mundo haciendo amigos y aprendiendo la cultura local en el camino y experimentando el verdadero sentimiento de pertenencia allá donde esté.

El spot se emitirá en Estados Unidos, Reino Unido y Australia en medios digitales, televisión, cine y redes sociales.

 Airbnb cuenta ya con más de un millón de propiedades asociadas en todo el mundo.

Noticias relacionadas:

martes, 5 de mayo de 2015

El auge de la economía colaborativa


La denominada economía colaborativa ha llegado para quedarse. Según la consultora Nielsen, España es uno de los países de la UE con mayor potencial de crecimiento en esta nueva forma de consumo impulsada por las nuevas tecnologías, pues más de la mitad de los ciudadanos están interesados en su modelo, sustentado unos principios muy básicos: compartir gastos e intercambiar bienes.

Emprendedores y ‘startups’ orientan sus negocios a nuevas estrategias, como unirse para ahorrar a la hora de hacer un mismo viaje, compartir un espacio de trabajo o comprar y vender productos de segunda mano a través del teléfono móvil. 

Su empuje dio lugar al nacimiento a finales del año pasado de Sharing España, una asociación de empresas basadas en la economía colaborativa. Por esas fechas, contabilizaba unas 400 compañías de este tipo en nuestro país y auguraba un ‘boom’ en 2015.

lunes, 4 de mayo de 2015

Red de trueques de tiempo y objetos

Cronnection, la red de intercambio de tiempo y objetos alcanza los 20.000 usuarios en solo cinco meses de vida.

Cronnection es una plataforma web basada en el trueque de servicios entre usuarios de todo el mundo. ¿Pagar productos y servicios a cero euros?. Sí, esto es posible a través de la aplicación web y móvil www.Cronnection.com, una de las mejores plataformas de consumo colaborativo que hay hasta el momento. Prueba de ello es su rápido crecimiento, que en tan solo cinco meses de vida ha alcanzado los 20.000 usuarios registrados.
"Hemos apostado fuerte por un mercado más global, alternativo y con más oportunidades para todos" señala Eric Ferrer, uno de los creadores de Cronnection, junto con Santi Gómez. En este nuevo sistema de comercio, la moneda de cambio no es el dinero, sino el tiempo, donde los usuarios venden y compran servicios y objetos a cambio de valor virtual (horas y puntos).


El catálogo de servicios y objetos es muy variado y accesible a todo el mundo. Cada individuo se configura su perfil en función de lo que quieran vender y ofrecer (muebles, libros, clases de idiomas, reparación de ordenadores, redacción, fotografía, entre otros...).
Con Cronnection los usuarios ganan valor virtual ofreciendo sus habilidades u objetos, que posteriormente pueden gastarlo por otros objetos y servicios que les interesen.
Se trata de una red de tiempo 2.0, que nació como respuesta al auge del consumo colaborativo, como forma de pago alternativo para aquellos que quieren contemplar otras opciones para adquirir bienes y servicios. "Dado al cambio de conciencia de la sociedad actual a la hora de consumir, a raíz de los tiempos en los que vivimos, percibimos una necesidad palpable entre la población, la de obtener servicios y objetos sin coste monetario. En esta dirección creamos un soporte para gestionar este tipo de intercambios a través de valor virtual", concluye Santi Gómez.

martes, 24 de marzo de 2015

¿Qué es el crowdfunding?

Habitualmente, el principal problema de los emprendedores es no tener financiación suficiente para llevar a la práctica su idea de empresa. Las dificultades que hay por parte de las entidades bancarias para la concesión de créditos, hacen que las compañías start-up apenas se planteen esta posibilidad. Por otro lado, recurrir a las 3 F's: Family, Friends and Fools, no siempre es posible, y además carece de un análisis riguroso del proyecto.

Hoy en día, están naciendo nuevas opciones de financiación, entre ellas el crowdfunding o micromecenazgo.


El crowdfunding es una forma de financiación colectiva, donde el emprendedor explica su proyecto, la cantidad que necesita, el tiempo de recaudación y la recompensa que recibirá cada inversor si el proyecto sale adelante… y donde los usuarios, hacen donaciones para financiar aquellas ideas que les resultan interesantes o rentables. Suele realizarse en webs de crowdfunding y algunas de las más famosas son: kickstarter.com, coinc.es o zencap.es.

lunes, 2 de marzo de 2015

El marketing colaborativo o el auge del consum’actor




 Tras el inicio de la década del 2000, asistimos a una nueva forma de hacer marketing. Importada de Estados Unidos, esta tendencia llamada marketing colaborativo o marketing participativo tiene por objetivo hacer que los consumidores participen activamente en la comunicación, el desarrollo o la promoción de una marca o producto. Hemos pasado de un marketing del producto a un marketing del consumidor. ¿Cómo se explica un cambio así?

Una balanza que equilibra los poderes
El desarrollo de Internet y de las redes sociales como nuevos medios de comunicación ha contribuido a que los consumidores también hablen de los productos por estas vías. Desde hace un tiempo, los internautas pueden dar su opinión sincera sobre una marca o producto, influenciando en las decisiones de compra de otros consumidores y haciendo que el marketing se vuelva más sostenible. Porque ya no se trata de considerar al consumidor como un simple objetivo publicitario, sino como un aliado con el que colaborar. Fidelizar a los consumidores es, más que nunca, una apuesta fundamental para las empresas. 

Esta orientación surge de la necesidad de reducir los costes de marketing y también de mantener la cuota de mercado en un entorno cada vez más competitivo. De hecho, con demasiada frecuencia se da prioridad a la captación de nuevos consumidores, utilizando un funnel que desperdicia una gran cantidad de impactos. El caso más emblemático es el del sector de la automoción, que invierte cantidades astronómicas en medios tradicionales y sólo un 17% de los compradores ha sido alcanzado por televisión. De este modo y frente a la feroz competencia en los diferentes canales, las marcas cada vez más apuestan por entablar una relación de confianza con los consumidores, ya que comunicándose con ellos, aumentan su visibilidad. Este nuevo equilibrio ve cómo va surgiendo un nuevo tipo de consumidor, consciente de su influencia: el “consum’actor”.

lunes, 17 de noviembre de 2014

¿Qué es el Consumo Colaborativo?




La digitalización de los contenidos (fotografías, música, vídeos, libros) ha permitido a mucha gente darse cuenta de que a menudo lo que queremos no es el disco en sí, sino la música que está grabada en él (quizá en forma de MP3). Con servicios como Spotify se ha visto que no es necesario poseer aquella canción que sólo escucharás cuatro o cinco veces. Mientras podamos acceder cuando lo necesitemos, estaremos satisfechos.

Con la reciente crisis económica, esta tendencia de poseer menos se ha extendido y ha llegado al ámbito de los bienes materiales (para que quieres comprar un taladro que sólo usarás durante 15 minutos en toda su vida o un coche que se pasa el 90% del tiempo aparcado?). La gente presta mucha atención al gastar el dinero y observa qué tipo de retribución, en cuanto a felicidad o necesidad cubierta, consiguen.

Consumo Colaborativo, Economía de la Colaboración o Economía del Acceso son algunos de los términos utilizados para describir este movimiento donde el acceso prima frente a la propiedad. El Consumo Colaborativo se puede definir como la manera tradicional de compartir, intercambiar, prestar, alquilar y regalar redefinida a través de la tecnología moderna y las comunidades. Los críticos argumentan que el movimiento del Consumo Colaborativo basado en compartir / dejar / alquilar no es ningún invento nuevo y se trata simplemente de marketing. Las principales voces que defienden el Consumo Colaborativo no han dejado nunca de reconocer que no se trata de ninguna idea nueva pero que la tecnología actual permite hacer que el servicio sea mucho más eficiente y escalable.

 
Utilizando palabras de Rachael Botsman y Roo Rogers: “Ahora vivimos en un mundo global donde podemos imitar los intercambios que antes tenían lugar cara a cara, pero a una escala y de una manera que nunca habían sido posibles. La eficiencia de Internet, combinada con la capacidad crear confianza entre extraños ha creado un mercado de intercambios eficientes entre productor y consumidor, prestador y prestatario, y entre vecino y vecino, sin intermediarios”.

La lista de ejemplos no para de crecer. Vamos recopilando bastantes de ellos en el directorio de proyectos de consumo colaborativo.

El libro “What ‘s Mine Is Yours: The Riseof Collaborative Consumption” es el texto de referencia para el Consumo Colaborativo. En el libro y artículos relacionados, los autores organizan la amplia selección de ejemplos en tres sistemas:

SISTEMAS BASADOS EN PRODUCTO. Pagar por el beneficio de utilizar un producto sin la necesidad de adquirirlo. Se transforma a las industrias tradicionales basadas en modelos de propiedad privada individual (ej. compartir coche y alquiler P2P de coches entre usuarios). Estos sistemas atraen cada vez a un mayor número de usuarios y el Bicing sería un ejemplo.

MERCADOS DE REDISTRIBUCIÓN. Redistribuir los bienes usados o adquiridos de donde ya no se necesitan hacia algún lugar o alguien que sí los necesita (ej. Mercados de intercambio y de segunda mano). En algunos mercados los productos pueden ser gratuitos (No Lo Tiro), en otros se intercambian (Grownies, para ropa de niños) o se venden (eBay). Con el tiempo, Redistribuir puede convertirse en la quinta “R”, junto con Reducir, Reutilizar, Reciclar y Reparar.

ESTILOS DE VIDA COLABORATIVOS. No sólo se pueden compartir o intercambiar bienes materiales. Gente con intereses comunes se están juntando para compartir e intercambiar bienes menos tangibles como tiempo, espacio, habilidades y dinero (ej. préstamos entre particulares). Estos intercambios tienen lugar principalmente a nivel local o de barrio, donde se comparten espacios para trabajar (Coworking Barcelona), cultivar (Huertos Compartidos), la wifi (Fon) o se presta de dinero entre particulares (Comunitae). A nivel más global, tenemos alquiler de habitaciones a viajeros (Airbnb) o simplemente dejar dormir a la gente en tu casa (Couchsurfing).

Fuente: Web de Consumo Colaborativo