En unos mercados donde el
exceso de capacidad, la creciente competencia, la similitud de las ofertas, los
entornos mediáticos saturados, el fuerte y creciente enfoque en los precios, y
unos consumidores más exigentes son la norma, la
competitividad empresarial a largo plazo, depende en gran medida de la calidad
de las relaciones con los clientes.
Es decir, se trata de
intercambiar algo más que productos o servicios para conseguir un beneficio
económico. Así, la capacidad de las organizaciones de ofrecer la mejor experiencia y
entregar un valor diferenciado superior son factores clave para no perder el
tren de la competitividad.
En el documento “Marketing Tradicional vs Marketing Relacional” (Cfr. Whitepaper nº2-por Josep Ma.
Abella de Mk-r. Marketing Partners)-, se analizan las 10 diferencias
principales entre estos dos enfoques del marketing. En cada una de ellas y en
la suma de todas, están las razones que explican porqué el marketing
tradicional está siendo rápidamente desplazado por el marketing relacional. Un nuevo enfoque cuyas bases
principales son: conocimiento del cliente, adecuación de la oferta, valor
percibido y duración e intensidad en las relaciones.