Marketing y Servicios: ¡Decide cuanto antes! ¿Quieres o no quieres?

viernes, 11 de febrero de 2011

¡Decide cuanto antes! ¿Quieres o no quieres?

Me cuesta mucho hablar en público. No quiero “destacar” entre los demás alumnos. Me conformo con hacer como los demás y tratar de superar la asignatura, que es lo importante. No me gusta comprometerme en nada, que me suponga un trabajo y un esfuerzo para el que no tengo obligación. Solo me esfuerzo cuando sea imprescindible. En realidad, lo que más me importa es dejar la Universidad cuanto antes. Aquí estoy perdiendo el tiempo, todo es teoría y cada vez más la realidad profesional no la vemos ni en vídeo. Aunque si lo pienso mejor, tampoco se pasa mal. Tengo bastante tiempo libre y no tengo que someterme a la “dictadura” laboral. Ahora, en cualquier empresa, me explotarán…

¿Serán estos algunos de los pensamientos de mis alumnos? Después de dos semanas de clases, la mayoría dicen de palabra y por escrito que la Evaluación continua es lo mejor, porque todos son ventajas, en especial porque "así no tengo que hacer el examen final y me agobiaré menos cuando llegan los exámenes.". ¿Saben leer mis alumnos? Me refiero a que no solo comprenden las palabras (como conjunto de letras), sino que entienden lo que significan cuando forman una frase. ¿Habrán entendido lo que por escrito aparece en las orientaciones sobre la Metodología y los criterios de evaluación? ¿Serán conscientes de las implicaciones de las ventajas e inconvenientes de la EC?

Al terminar las clases del pasado miércoles, sentí cierta frustración. Nadie se ofreció voluntario para preparar una presentación sobre un documento de gran interés para directivos con casos prácticos de empresas reales. Seguramente, no he sabido explicar que el Marketing Relacional, no sólo es imprescindible para aprender bien cómo se gestiona una empresa de servicios, sino para comprender cómo se ha de orientar y aplicar el Marketing en el siglo XXI. ¿Será que tienen la “enfermedad” de la pasividad?

La pasividad –asegura la escritora italiana Susana Tamaro – es uno de los grandes venenos de nuestro tiempo. Uno se vuelve pasivo en el momento mismo en que decide no crecer más, en el momento en que se detiene porque piensa que no puede o que no debe ir más allá. Es como si girara un conmutador y, al girarlo, nos cerramos ante la riqueza que la vida nos sigue ofreciendo.

La pasividad suele surgir de una frase o de un pensamiento que nos frena ante la idea de acometer algo nuevo. Ciertamente, si durante veinte años jamás me inclino para recoger algo, al llegar el vigésimo primer año la espalda ya no se doblará. ¿Por qué no lo hace? Sencillamente, porque durante mucho tiempo le hemos dicho que era inútil que se doblase. Pero es la mente quien decide eso, no un destino inexorable.

Hay personas que llegan a una edad avanzada con el cuerpo y la mente joven, y no simplemente porque hayan tenido suerte con la salud, sino porque han realizado un prolongado trabajo interior, han sabido alimentar la fuerza de un espíritu que les ha hecho vivir jóvenes durante largo tiempo. Son personas capaces de flexionar su espalda, pero sobre todo de flexionar sus pensamientos. Todavía son capaces de asombrarse y de producir asombro. En vez de juzgar desde la pasividad, saben escuchar y poner interés en las cosas. Han cultivado con respeto y atención su mente y su cuerpo, los han tratado con la dignidad que merecen. 

Insisto en la importancia de la diligencia y la firmeza porque el corazón del hombre es un sitio en el que muchas veces el mal se impone sobre el bien precisamente por pasividad. El mal es fácil, banal, espontáneo. No requiere esfuerzo ni oposición. El mal es un atajo. El bien, en cambio, es un recorrido. Un recorrido a veces solitario, áspero, difícil, y en ocasiones también antipopular y lleno de caídas. Por eso, hacer el bien exige rechazar la superficialidad del conformismo y los engaños del prejuicio. El bien es una cosa extremadamente seria. La bondad es un camino severo y, en su severidad, necesita de la fuerza. La bondad, como el amor, requiere fuerza. Requiere valores como la audacia, la paciencia y la espera. La victoria sobre el mal no se consigue caminando en un idílico atardecer por la playa de un mar en calma, sino subiendo por los montes, sorteando zarzas y espinos, asumiendo riesgos. El mal no se puede combatir con el mal, pero tampoco con una retórica vacía sobre el bien y los buenos sentimientos. Para hacer el bien no basta tener buen corazón, también hay que lograr –entre otras cosas– templar el alma y el cuerpo ante los embates de la pasividad.

Los últimos párrafos pertenecen al artículo “la pasividad” que es algo más extenso. Los he copiado porque los comparto plenamente. Su autor es Alfonso Aguiló. He leído todos sus libros y nos conocemos desde hace muchos años. Tiene mucha experiencia en la dirección y gestión de organizaciones de servicios. Estoy pensando en invitarle a clase. Pero, ¿vale la pena?. Desde luego, no pienso invitar a directivos de empresas de servicios a sesiones con los alumnos, hasta que no compruebe con hechos que los alumnos que dicen que quieren seguir la EC, quieran de verdad. Parece que quieren, sin querer asumir la responsabilidad de todo lo que implica esa decisión. ¿Cuándo se decidirán a querer de verdad seguir la EC? El plazo para esa decisión se está acabando.
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13 comentarios :

José Miguel Ponce dijo...

Regalo para los que habéis leído este comentario:

11 tendencias en Publicidad y Marketing para 2011

José Miguel Ponce dijo...

Regalo para superar la timidez y la pereza (pincha en los enlaces:

Cómo superar la timidez y el miedo a hablar en público

Antonio Barcala dijo...

¿Conocéis los créditos de carbono?

¿Qué opinión os merece?

¿Es un modelo de Marketing encubierto?

Publico un artículo como referencia:

"Nativos brasileños venderán créditos de carbono para preservar su flora y fauna"

La tribu brasileña tembe-ténetehar, de la reserva del Alto Río Guamá, en el Estado de Pará, firmará un contrato con la empresa estadounidense C-Trade para la venta de créditos de carbono por un millón de reales al año (unos US$ 500 mil dólares al cambio actual).

De esta forma, los indios brasileños se comprometerán a preservar la flora dentro de su reserva, cuya superficie es de 279.000 hectáreas, y serán recompensados económicamente, mientras que C-Trade, dedicada al tratamiento de aguas residuales, contabilizará como propia la contención de emisiones de gases contaminantes.

El procurador del Ministerio Público del Estado de Pará, Felicio Pontes, declaró al diario O Globo que "si Brasil es signatario del Protocolo de Kioto (que estableció el mercado de créditos de carbono), nada más justo que los indios sean recompensados financieramente por los servicios ambientales que presten".

Este contrato deberá ser firmado durante los próximos días en la ciudad de Belén, capital de Pará, a la que deberán trasladarse los indios tembé-ténetehar. La firma estaba prevista inicialmente para la semana pasada, pero las fuertes lluvias impidieron a los indios salir de su aldea, ubicada a 200 Kilómetros de la capital del estado.

Perdón profesor si no era el comentario que usted pedía, pero me ha parecido que era relevante comunicar esta información.

Un saludo.
Antonio Barcala.

Miriam G.H dijo...

En mi opinión, el problema no es que la gente no sepa lo que verdaderamente significa la evaluación continua, sino que existe una falta de decisión y miedo escénico generalizado.
Imagino que es cuestión de tiempo que haya un clima mas distendido y participativo en clase.

Mari Carmen Martínez dijo...

Estoy de acuerdo con Miriam en que la falta de iniciativas y comentarios en muchos casos se debe mas a la timidez y la inseguridad que a la pasividad, y que se puede quizás ver de una manera mas marcada en los alumnos erasmus que tienen la barrera del idioma como principal problema.

José Miguel Ponce dijo...

Superar la timidez es importante por muchas razones. He encontrado un manual práctico, que te aconsejo. Aparece en una web sobre Inteligencia Emocional. Hay que leerlo poco a poco (unos minutos de vez en cuando) para que puedas reflexionar sobre sus contenidos. El enlace es:

CÓMO VENCER LA TIMIDEZ

Claudia Vega dijo...

Igual que mis compañeras opino que la falta de seguridad en nosotros mismos y el miedo a que el de al lado se ria o piense que lo que estamos diciendo es una tonteria hace que nos hagamos un poco pequeños en clase y que aunque tengamos ganas de dar nuestra opinión,nos quedemos callados en nuestras sillas...muchas veces los consejos no sirven de mucho si uno mismo por dentro no lo cree


Un saludo
Claudia Vega

Aline Groß dijo...

Estoy de acuerdo con Miriam y Mari Carmen, pero no creo que sea la única razón porque los Erasmus estén callados.

Por razones diferentes la mayoría de nosotros aún no está matriculada en la asignatura por lo que la mayoría no encuentra la motivación de "trabajar" para la asignatura.

En cuanto a los espanoles que si que creo que sea la timidad. Pero si no tengas las fuerzas de hablar delante la clase siempre puedes ir a hablar con el profesor después de una clase. Me refiero a la oferta del profesor de hacer una presentación de CRM. Cada persona que se sintió intimidada por los companeros de clase hubiera podido ir a hablar con el profesor despues de la clase para aceptar la oferta y hacer la presentación.

Pero además de la timidez creo que también la falta de un descanso entre los examenes y el comienzo del segundo cuatrimestre es causa de la desmotivación de los alumnos. Sobre todo en la primera semana.
A mi también me resultó dificil estar concentrada en la primera semana - tuve mi último examen el Jueves en la misma semana que aún más me distraía.

Pero creo que ya es tiempo de reaccionar y despertarse. Por eso entregar el plan personal esta semana va a hacer los alumnos pensar sobre su actitud y también creo que eso surja un cambio.

Saludos,
Aline

Laura Romero dijo...

Buenas tardes, creo que el problema es más sencillo que todo eso, si bien es cierto que tenemos un miedo escénico espantoso, también es cierto que este se ha acentuado por alguna causa anterior. No todas las clases son participativas, no todos los profesores nos han corregido de manera constructiva o positiva las presentaciones de trabajos, hecho que desmotiva y a veces, avergüenza.
Si a estos "mini-fracasos" se le une que desde el colegio a los españoles no se nos ha acostumbrado a hablar en público y nos apoyamos en que hablen otros, ahí está el verdadero problema.
De todas formas creo que deberiamos pensar que ya tenemos unas edades en las que tenemos que superar nosotros solos nuestros propios miedos y la mejor manera de hacerlo es prácticándolo más. Y si se ha tenido una mala experienza presentando no todas tienen por qué ser iguales.

Un saludo.
Laura Romero.

Claudia Vega dijo...

Buenas noches:

Solo queria dejaros aqui un video que aunque es en ingles creo que nos animara mucho y a ver si entre todos podemos hacer una clase mucho más interesante.

http://www.youtube.com/watch?v=xjeJbvN2aT0&feature=relmfu

Un saludo

Sandra Bartolomé dijo...

Sí, es cierto que la timidez, inseguridad y el miedo al ridículo nos frena enormemente en la participación activa; además afirmo la teoría de Laura, y es que no estamos acostumbrados, hemos aprendido a escuchar sin interaccionar desde pequeños, limitándonos a ser meros receptores de información y cuando se nos presenta la posibilidad de hablar, mostrar opiniones y sugerencias ante tantas personas, nos paralizamos. Está claro que romper con la regla general que hemos vivido hasta ahora requiere un esfuerzo, pero estoy segura que poco a poco esa inquietud por participar se irá despertando en nosotras, haciéndonos reaccionar, ya que, la sensación que se experimenta al hablar en público, al exponer tus ideas abiertamente, considero que es sensacional.
Existe un momento crítico interior antes de participar, en el que debes coger fuerzas y decir allá voy!!!!

Un saludo,
Sandra Bartolomé

Laura Romero dijo...

Hola:
Quería dejar un fragmento de un articulo que he leido de la educación española que en cierta manera tiene que ver con nuestras actitudes y a lo mejor nos hace pensar un poco.
Según Punset: "La educación no ha cambiado en 100 años. Sirvió para dar trabajo a mi generación, pero no a la actual. No se ha enseñado el trabajo en equipo, la vocación de solventar problemas, el desarrollo de cualidades para un liderazgo eficaz como la empatía, y la gestión de las emociones". Para este divulgador, la enseñanza, que debe estar basada en el aprendizaje emocional, no debería ser muy diferente para un niño o para un directivo. "En la escuela no se enseñaba el impacto del desprecio, el control de la ira, del pánico o de la ansiedad".

Un saludo.
Laura Romero.

Claudia Vega dijo...

Buenos dias:
Sigo dandole vueltas a este tema, sigo pensando que habria que hacer para mejorar esta situación pero como ha dicho Laura la educación es el problema...por que no dejan de enseñarnos tanto fiscal y nos enseñan a pensar...como dice mi padre que me enseñen a pescar y no que me den peces,así cuando tengamos que hacer las cosas por nosotros mismos podremos hacerlas...