Marketing y Servicios: La tiranía de la abundancia

lunes, 3 de diciembre de 2012

La tiranía de la abundancia

Por que más es menos: la tiranía de la abundancia" (The paradox of choice: why more is less) del psicólogo americano Barry Schwartz, trata de uno de los temas que siempre ha despertado mi interés como es el de la elección y la toma de decisiones. Todos realizamos cientos de elecciones desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, y cuanto más importante es para nuestra vida la elección y  más opciones tenemos mayor es nuestro estado de ansiedad y estrés en este libro analiza todo lo relacionado con la elección y nos aporta unas pequeñas reglas que nos permitirán elegir de una forma más sana. 

 Imaginemos un ejemplo sencillo y cotidiano, que vamos a un supermercado a comprar entre otras cosas un yogurt, si no tuviésemos muy claro nuestros preferencias, nos perderíamos en la infinidad de opciones y marcas, y si tuviésemos que evaluar la mejor opción calidad-precio-producto nos cerrarían y aún estaríamos allí. Y el que dice un yogurt, dice una televisión, un coche, una vivienda, un trabajo, una ciudad para vivir, nos quedaríamos inmovilizados ante la ansiedad y estrés que provoca el tomar una decisión ante la abundancia de opciones posibles y exceso de alternativas sumando el coste de oportunidad asociado a toda elección, aunque bien mirado luego se reducen a las "posibles" pero aún así hay una gran cantidad de opciones.

Todos conocemos amigos y compañeros que a la hora de elegir lo hacen rápido y eficazmente mientras que otros demoran el momento de elección ante el análisis de la gran cantidad de opciones, Barry nos habla de los maximizadores y los satisfactores, los primeros son los que sólo se conforman con "lo mejor" y los segundos se conforman con "una buena opción" aunque no sea la mejor. Y  analiza el grado de satisfacción vital una vez producida la elección analizando el fenómeno del arrepentimiento. 

El autor afirma que el exceso de alternativas no siempre es bueno y aporta unas importantes lecciones que ha extraído después de analizar y estudiar los datos procedentes de "psicólogos, economistas, expertos en mercadotecnia o especialistas en el campo de la elección":
1. Sería positivo aceptar voluntariamente algunas restricciones a nuestra libertad de elección, en vez de rebelarnos contra ella.


2. Sería positivo aspirar a «lo bueno» en vez de a «lo mejor». (¿Han oído alguna vez a un padre decir «Para mis hijos, quiero lo bueno»?)


3. Sería positivo rebajar las expectativas en cuanto a los resultados de nuestros actos.


4. Sería positivo si las decisiones que tomáramos fueran irreversibles.


5. Sería positivo prestar menos atención a lo que están haciendo las personas que nos rodean. 
 Al final en el cápitulo 11 "cómo enfrentarnos a la libertad de elegir" nos señala unos pasos para aliviar muchas de las fuentes de ansiedad a la hora de elegir y tomar una decisión: elegir cuando elegir; ser selectivo, no conformista; mejor ser satisfactor que maximizador; pensar en el coste de oportunidad del coste de oportunidad; tomar decisiones irreversibles; prácticar la gratitud; arrepentirse menos; adaptación anticipada, controlar las expectativas; restringir la comparación social; aprender a amar las restricciones.
A continuación, puedes ver dos vídeos sobre el tema de este libro del Programa Redes de TVE:




 

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4 comentarios :

Alexandra Putina dijo...

Es curiosa la teoría de la paradoja de la elección. Es verdad que el bienestar se consigue con mayor independencia y mayor libertad individual tanto que para tener mayor libertad individual se necesitan el mayor número de opciones posibles para elegir. Pero la paradoja radica en que cuantas más opciones para elegir tengamos, mayor insatisfacción y culpabilidad se va a generar y por lo tanto provocará en el consumidor mayor infelicidad.
Para poner un ejemplo, podrías hablar de Mercadona. Muchos atribuyen su éxito a la segmentación o a la sensibilidad del precio pero hay un factor mucho más importante que se explica con la teoría anterior. Sabemos que la compañía valenciana ha ido reduciendo cada vez más su surtido para seguir manteniendo los precios bajos y ya lo dice uno de sus lemas 'Para bajar los precios hay que volver a la sencillez'. ¿Es posible que la gente se sienta más feliz comprando en Mercadona? Yo creo que es muy probable, menos puede ser más.

Saludos

María del Val Bravo dijo...

Magnífica entrada, me ha parecido muy interesante.

Es algo en lo que no nos solemos parar a pensar, que al tener un mayor número de alternativas, que se supone que nos convierte en más libres, nos lleva a ser más infelices en las decisiones que hemos tomado, pensar si son correctas, qué hubiera pasado si hubiera escogido otra alternativa,... esto en la mayoría de los casos no es posible averiguar, pero que es imposible no pensar en esa situación. Al tomar cualquier decisión sabemos que tenemos un coste de oportunidad al que renunciamos por haber escogido esa y no otra alternativa. En este punto es cuando nos podemos plantear si buscamos siempre la mejor opción (maximizadores) o una opción buena para nosotros (satisfactores). En mi opinión, creo que todos tenemos un poco de las dos variantes. Si es una gran decisión que afectará mucho a nuestra vida o es decisiva para algo, nos convertiremos en maximizadores; en cambio, si es una decisión pequeña o que no consideramos que sea clave en nosotros, seremos con una mayor probabilidad satisfactores.

Por último, las conclusiones que saca Punset te hacen pensar y plantearte que tiene razón en lo que dice, aunque en un primer momento no se repara en ese punto. Con la entrevista al autor del libro todo queda más claro, y me ha creado una curiosidad de saber más sobre este tema por lo que no descarto la posibilidad de adquirir el libro.

Un saludo.

Jesús Manuel dijo...

El mensaje general que se quiere transmitir está claro y no lo discuto: más puede ser menos en tanto que se nos agobia y estresa con tantos productos y oportunidades.

Pero tampoco hay que llegar a extremos. Cada persona debe ser lo suficientemente capaz de no estresarse por el número de alternativas. Hay que mantener el control de uno mismo y no agobiarse por cosas que no merecen la pena.

El mundo está cambiando rápido, al mismo ritmo que la comunicación aumenta. Es este incremento de la comunicación (gracias a la globalización y las nuevas tecnologías) el que está llevando a personas a estresarse por este exceso de información.

Tampoco podemos culpar a aquellos que incrementan la diversidad de productos, intentan conseguir su beneficio como cualquier otro.

La clave está en cada uno de nosotros, que seamos capaces de tomarnos las cosas con más tranquilidad y que el mundo no nos coma. También hay que interrumpir el exceso de información y pararse a pensar en aquellas cosas que de verdad importan.

Por último estoy de acuerdo con Marival, aunque en el vídeo parece ser que solo hay dos tipos de persona (como interpretan los actores), comparto que lo más común es que hay una mezcla.

Saludos

Blanca Pino dijo...

Como ya se ha analizado, en muchas ocasiones el tener que elegir entre muchas opciones nos frustra y genera indecisión. No obstante, considero que reducir las mismas no es la solución. La solución es la información. Si ante la toma de una decisión estamos bien informados, conocemos su pros, contras, y sus consecuencias es cuando de verdad seremos más libres para poder escoger y nos resultará mucho más fácil.

Por otra parte, como inconveniente ante la abundancia señalo que, cuánto más tenemos, menos lo apreciamos. Para ejemplificar esto que acabo de decir, voy a comentar una experiencia que un familiar cercano me ha contado. El pasado agosto mi hermana viajó hasta América, concretamente visitó Cuba y después Miami, para disfrutar de unos días de vacaciones. Tuvo la suerte de viajar acompañada de unos amigos, entre ellos uno cubano y poder alojarse en la casa de éste junto con su familia y vivir así la Cuba “no turística”. Como todos sabéis Cuba vive en un régimen comunista donde precisamente la abundancia brilla por su ausencia. En dicho país acudes a una farmacia y en los estantes sólo vas a encontrar un par de cajas de vendas, tres botes de jarabe para la tos, una caja de aspirinas etc Y al igual que en las farmacias, ocurre en cualquier otro tipo de establecimiento. Sin embargo, ante esta precariedad, mi hermana dejó el país con la sensación de que teniendo mucho menos que nosotros eran muchísimo más felices. Gente que con salir de noche al Malecón, a beber y conversar con la familia y amigos para olvidar por un rato su precaria vida, es feliz.

Otro suceso que marcó su experiencia fue el siguiente. Uno de los niños más pequeños de la casa pidió que le compraran en Miami una caja de galletas Oreo. Una simple caja de galletas. Es para parase a reflexionar, ¿verdad?

Un saludo, Blanca Pino.