Una de las
claves del Marketing Relacional es la confianza. Si no hay confianza en una
marca o en una empresa, no estableceremos relaciones comerciales. La confianza no se impone, se inspira.
Cuesta mucho conseguirla y puede perderse muy rápidamente. ¿Cómo conseguir la
confianza? Uno de los valores fundamentales para conseguirla es la
transparencia.
Por la importancia de la transparencia en la actividad empresarial y en las relaciones interpersonales, te copio
a continuación parte de una entrada del blog del Profesor Domènec Melé del IESE,
sobre Ética Empresarial y Social.
El título es “Aprendiendo
de la crisis actual: el valor de la transparencia”. Después de exponer
algunos ejemplos recientes sobre la falta de transparencia en temas financieros,
termina con los siguientes párrafos:
“La falta de transparencia es una ofensa a los
que tienen derecho a conocer datos verdaderos y la situación de ciertos asuntos
internos de las instituciones. Además, tarde
o temprano, la verdad termina por conocerse, con gran deterioro de la
confianza y consecuencias, a veces dramáticas, para muchos.
Si la transparencia es importante conviene
profundizar un poco en este concepto. Etimológicamente, transparencia significa «dejar pasar la luz», y la luz es lo que permite ver. En
cierto modo, se podría definir transparencia como «el acceso a lo que hay
dentro»; lo contrario a opaco y oculto. Considerar la transparencia como una
categoría ética implica trascender su significado físico y fundamentarla en la
virtud de la veracidad, una de las claves de la confianza y de una buena
convivencia.
Actuar con
transparencia ética es «permitir ver lo que hay derecho a ver».
Trasparencia no exige vivir en una casa de cristal. Las instituciones, como las
personas, deben tener un ámbito de intimidad. No todo lo que hay dentro de una
empresa o de una institución ha de desvelarse, pero sí aquello que hay derecho
a conocer o que debe ser conocido. Cuanto más pública sea una institución mayor
transparencia es necesaria, ya que se administra en nombre y a favor de los
ciudadanos.
Definitivamente, la transparencia es un gran
valor, pero no siempre bien valorado. ¿Sabremos convertirla en un valor en
alza? Necesitamos sensibilidad y virtud,
pero también educación, presión social y el imperio de la ley. Esto último
ayudará a aquellos a quienes no les importa la virtud y que, con tal de
satisfacer sus intereses mezquinos, destrozan el bien común de la confianza y
la verdad. Está en marcha una ley sobre transparencia en el uso del dinero
público. Aunque tenga limitaciones, sea bienvenida.
Puedes leer la entrada completa aquí
1 comentario :
Los bancos tienen mucho que aprender sobre esta temática.
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