Marketing y Servicios: Alegría
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lunes, 22 de diciembre de 2014

¿Cómo elegir los juguetes más adecuados?



 A la hora de elegir un juguete adecuado para nuestros hijos, sobrinos, nietos, etc., parece que ponemos en marcha diferentes estrategias. La primera responde a la sencilla pregunta de ¿cuánto te vas a gastar? Y una vez decidida la cantidad, el mejor regalo es el que se aproxime a la cifra.

Otra estrategia mucho más elaborada es el de la búsqueda del  juguete perfecto, aquel que entretenga, llame la atención del niño, sea educativo y divertido  a la vez y  que permita desarrollar los mejores valores. Buscando este juguete,  los padres terminamos diciendo eso deen mis tiempos con cualquier cosa nos entreteníamos”, y embebidos por el aroma Heno de Pravia añoramos lo de ¡un palooooo! Nostalgias aparte, os recuerdo que, hoy en día, un palo no cumpliría todas las directivas de juguetes seguros de la Unión Europea, por lo que habrá que buscar algo más acorde a los tiempos en los que vivimos.




También podemos preguntar en google (que lo sabe todo) ¿Qué regalar a niños y niñas que tienen de todo? Pero corremos el peligro de que nos salgan miles de páginas con miles de juguetes.

Nuestros hijos están, como los estamos los padres, inmersos en un mundo donde la publicidad ejerce una fuerte influencia, y al grito de ¡me lo pido! hemos ido configurando una lista de cosas que regalar a los hijos. Un trámite que, este año, volveremos a  repetir aunque nos juremos que no vamos a comprar tantas cosas.





Algunos consejos para elegir los mejores Reyes:

1.- Que los juguetes son una estupenda manera para pasar tiempo con nuestros hijosMenos juguetes y más tiempo con los hijos es una buena ecuación. Pero no te abrumes por la falta de tiempo: el tiempo de jugar es más cuestión de calidad que de cantidad. Estar disponible para los hijos conlleva el que, alguna vez, dejemos

sábado, 13 de septiembre de 2014

El servicio era la alegría



Hay personas con las que se está muy a gusto, generan paz. Piensan en los demás. Intentan no ser problemáticos. Te ayudan cuando perciben que tienes una dificultad. Conciben su vida como un servicio. Son personas que se alegran del bien ajeno. Piensan en los demás. No son egoístas.

Una consecuencia que tiene esta actitud, y que he observado en este tipo de personas es que son alegres. Que siempre ven el lado positivo de las cosas. No son agoreros. Y lo más importante, se les ve felices. Quizá este sea el secreto de la felicidad.

Ya lo decía Tagore en uno de sus más conocidos poemas: “Yo dormía y soñé que la vida era alegría. Desperté y vi que la vida era servicio. Serví y comprendí que el servicio era la alegría”.

Esto explica que haya personas con buena posición social y económica, que parece no faltarles nada, pero que no se les ve felices. Su cara no refleja alegría. Les falta dejar de pensar en sus cosas y pensar en los demás. Les sobra egoismo.

Piensa en un día normal de tu vida y busca cinco ocasiones de servir y de facilitar la vida a los demás. Te puede cambiar la vida. Servir y ser alegre es una decisión propia.

viernes, 28 de junio de 2013

Contagiar visión positiva

Jerry era director de un restaurante en una pequeña ciudad de Estados Unidos. Siempre estaba de buen humor y tenía algo positivo que decir. Era un motivador nato. Por dos veces, cuando cambió de trabajo, varios de sus empleados se empeñaron en seguirle a donde él fuera a trabajar.


Su manera de ser provocó mi curiosidad, así que un día le pregunté: «No me lo explico. No se puede ser positivo siempre, sin interrupción. ¿Cómo lo haces?». Jerry me contestó: «Cada mañana me levanto y me digo, tengo dos opciones, puedo elegir estar de buen humor o de mal humor. Y siempre elijo estar de buen humor. Cada vez que ocurre algo malo, puedo elegir entre el papel de víctima o el de aprender algo de aquello. Y procuro elegir lo de aprender algo. Cada vez que le oigo a alguien quejarse, puedo elegir entre sumarme a sus lamentos o fijarme en el lado positivo de la vida, y siempre escojo lo segundo

«Pero no siempre es tan fácil», protesté. «Tampoco es tan difícil», contestó Jerry. «La vida es una elección constante. Cada situación es una elección. Eliges cómo reaccionar ante las situaciones. Eliges cómo va a afectar la gente a tu humor. Eliges estar de buen o de mal humor. Es elección tuya decidir cómo vives tu vida

Tiempo después, Jerry fue víctima de un atraco. Había olvidado cerrar con llave la puerta trasera del restaurante mientras hacía el balance de caja del día, y entraron dos hombres armados. Trató de abrir la caja fuerte, pero con el nerviosismo fallaba la combinación. Los atracadores se pusieron más nerviosos aún que él, y acabaron por dispararle... Vi a Jerry unos meses después, cuando se había restablecido. Le pregunté qué le había venido a la mente cuando ocurrió el atraco. «La primera cosa en que pensé es que debía haber cerrado bien la puerta. Luego, después de que me disparasen, cuando estaba tendido en el suelo, recordé que tenía dos opciones: podía elegir vivir, o podía elegir morir. Y escogí vivir

«Los camilleros eran unos tíos simpáticos. Me animaban. Me decían que me iba a poner bien. Pero cuando me metieron en la sala de urgencias y vi las caras de los médicos y enfermeras, mientras me exploraban, me asusté realmente. En sus ojos se leía "es hombre muerto". Entonces vi que tenía que pasar a la acción

«¿Qué hiciste?», pregunté. «Bueno, había una enfermera que me preguntaba a gritos si era alérgico a algo. "¡Sí!", le contesté. Se hizo un silencio grande. Esperaban que continuara. Yo cogí aire y dije: "Sí, tengo alergia... ¡a las balas!". Después de las risas de todos, les dije: "Quiero vivir. Así que, por favor, opérenme cuanto antes".»

Jerry piensa que vivió gracias a los médicos y enfermeras, y yo pienso que fue gracias a su actitud. Aprendí de él que cada día puedes elegir si vas a encarar la vida con ganas o te vas a amargar. La única cosa enteramente tuya, que nadie puede controlar o asumir en tu lugar, es tu actitud. De modo que si te das cuenta de esto, todo lo demás de la vida se hace bastante más fácil.

La historia de Jerry concluye aquí. Es quizá un tanto simple, pero apunta una idea importante. Todos conocemos personas que, con su sola presencia, irradian sentido positivo. Su actitud es optimista, animosa, esperanzada. Poseen como una especie de campo magnético que orienta los de los que le rodean, que quizá son más débiles o más negativos. Son desactivadores de crispaciones y rencillas. Cuando afrontan una situación difícil, suelen ser serenos, conciliadores, armonizadores.

Suelen ser personas que han conseguido aprender de sus propias experiencias, tanto de las negativas como de las positivas. Creen en los demás. Procuran no etiquetar ni prejuzgar a la gente, sino descubrir los valores positivos que hay en toda persona. Despiertan agradecimiento y gratitud. No son envidiosas. Son agradecidas. Tienden, de forma casi natural, a perdonar y olvidar las ofensas que reciben. Buscan el modo de mejorar su formación. Leen, escuchan, poseen afán de conocer cosas, les interesa lo que interesa a quienes le rodean. En fin, toda una actitud digna de imitar en nuestra vida. (Alfonso Aguiló, Conoze)