
Personalmente, estoy convencido de la importancia de darle un sentido al trabajo que sea coherente con un sentido de la vida, que nos facilite nuestro desarrollo como personas y nos haga más felices. Todas los actos humanos (libres) tienen un sentido, por eso siempre tienen una dimensión ética (nos ayudan o nos dificultan nuestro desarrollo como personas).
Hay una frase de Viktor Frankl que suelo recordar cuando alguien me pide un consejo sobre su futuro profesional: "es más importante con quién se trabaja, que en qué se trabaja". Es una realidad que el clima laboral, nuestras relaciones con nuestros compañeros y jefes, pueden influir mucho en la decisión de aceptar un trabajo o cambiar de empleo. Por eso, son tan importantes las características (comportamientos, principios y valores) de la cultura de la empresa. Con frecuencia se olvida que el hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económico-social.
El Marketing puede considerarse una cultura de gestión, orientada a satisfacer las necesidades y deseos de los clientes y usuarios que forman parte de su mercado. Termino, pidiendo disculpas por la extensión de la entrada, pero me parece que vale la pena reflexionar sobre: ¿Qué condiciones han de cumplirse, para que las actividades del Marketing favorezcan el desarrollo como personas de los empleados y de los clientes?