Marketing y Servicios: Dirección de Personas.
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jueves, 23 de julio de 2015

Los Jefes tóxicos y sus víctimas


En el actual sistema de mercado, dirigir a un grupo de colaboradores para que cumplan los objetivos fijados se ha convertido en un reto de altura. Sin embargo, dado que la actividad profesional ocupa gran parte de la vida de los trabajadores, "estas personas tienen que aprender a liderar con inteligencia y sensibilidad", según diversos expertos en management.

En caso contrario, añaden, "la salud física y psíquica de los empleados se verá afectada, reduciendo la productividad de las empresas a medio plazo". Ahora mismo, el 36% de los jefes españoles son considerados "tóxicos" por sus colaboradores, pero en la mayoría de los casos la cúpula directiva no se entera o no quiere enterarse.

El ejecutivo de cuentas O. M., de 29 años, está "harto" de su jefe. Trabaja para él desde hace dos años en una agencia de publicidad en Barcelona, pero ahora mismo está planeando dar el salto a otra empresa del sector. Su principal queja es que la compañía ha duplicado el número de clientes, pero sin incorporar a un nuevo ejecutivo para repartir tanta carga de trabajo.
Así, O. M. suele salir del despacho tres horas más tarde de lo que establece su contrato y su jefe "hace oídos sordos" cuando se atreve a pedirle una disminución de su jornada laboral o un aumento de salario que compense tantas horas extra. Ahora mismo trabaja unas 48 horas semanales por unos 1.500 euros netos al mes. Esta situación está afectando su salud personal, así como la relación con su pareja.

martes, 30 de junio de 2015

Crear un buen ambiente en el trabajo


Ya sé que muchas empresas tratan de crear buen ambiente en el trabajo. Pero la lectura de una entrada en un blog me sugiere hacer una recomendación a mis lectores. La entrada (aquí, en inglés) la escribe una abogada laboralista, y consiste en la sugerencia de tener un código de conducta para los empleados. No el típico código ético, en el que aparecen unos cuantos deberes de la empresa (trato digno, no discriminar, respeto a las minorías, conciliación trabajo-familia) y otros cuantos (a veces, muchos) deberes de los empleados (evitar el conflicto de intereses, no aceptar regalos que puedan suponer un soborno, no hacer negocios que puedan suponer competencia a la empresa, no utilizar indebidamente los activos y recursos de la empresa…).

Se refiere a un código de conducta para las relaciones entre empleados, con temas como ser sincero y honesto en el trato, evitar conductas ilegales o no éticas (se supone que los empleados ya saben cuáles son), cumplir los compromisos y obligaciones, asumir la responsabilidad de la conducta propia… Vamos, lo que debieron aprender en su casa, cuando eran pequeños, aunque, por lo que parece, nadie se lo enseñó.

jueves, 20 de noviembre de 2014

¿Qué valoran los directivos?



Cada directivo dirige su compañía como buenamente sabe. Son las prioridades que tiene a la hora de decidir, qué valora, cuáles son sus valores, lo que le caracteriza como directivo. Los miembros de una organización saben perfectamente qué valoran sus jefes: basta ver cómo se trata a cualquier persona para saber cómo se me puede tratar a mí. También es muy fácil saber qué se valora más en la organización, si el servicio que se proporciona a los clientes o el dinero que se recibe de ellos.

Una persona que se siente valorada está por lo general dispuesta a poner sus capacidades al servicio de su compañía; si no, es mucho más difícil que quiera aportar más allá de lo que se le exige. Por eso las empresas centradas en las personas suelen ser a medio plazo las más eficaces, o por lo menos son más eficaces de lo que serían si fueran dirigidas con el objetivo de maximizar la eficacia. Por el contrario, las empresas que se dirigen con el objetivo de maximizar los beneficios no alcanzan todo su potencial de eficacia porque no cuentan con el incondicional interés de sus empleados para alcanzar sus objetivos. Si no se me valora como persona, si no importo, para qué me voy a esforzar, es el razonamiento implícito que se hace el empleado medio.

No es de extrañar que si el objetivo de una compañía es maximizar los beneficios el valor de las acciones, el directivo avispado puede cansarse de generar valor para terceros y centrarse en generar valor para sí mismo, utilizando cualquier artimaña contable para conseguirlo. Esta falta de solidez directiva propicia que llegue siempre el momento en que todo estalla y se desenmascaran los escándalos. Pasa a nivel empresarial y a nivel de gestión política.

Por eso, alguna vez se da el caso de directivos que han ocupado las portadas de revistas económicas por la eficacia con la que han dirigido sus empresas, y han sido citados como ejemplos en publicaciones y escuelas de negocios por sus buenas prácticas directivas, acaben en la cárcel al descubrirse sus fraudulentos modos de dirigir, que dan al traste con sus compañías, sus empleados y los ahorros de sus inversores.
Más frecuente es el caso de directivos que ni llegan a las portadas de las revistas ni acaban en la cárcel, porque su mediocridad no sólo afecta a su falta de integridad moral sino también a su capacidad de conseguir resultados, y nunca llegan a ser noticia.

miércoles, 12 de marzo de 2014

Competencias morales de los directivos


Hay un creciente interés en valorar las competencias del directivo que favorecen el éxito en su trabajo. Hay también un tipo de competencias que radican en el carácter moral del directivo: las competencias morales. La relevancia de estas competencias en los directivos queda patente al revisar algunos aspectos claves de la profesión de dirigir.

En la toma de decisiones, por ejemplo, es fácil ver la importancia de ser una persona decidida, prudente, objetiva y responsable. Ser decidido evita tanto la demora innecesaria de decisiones, como la precipitación, decidiendo sin la debida ponderación.

La prudencia lleva a reflexionar sobre la acción y sus consecuencias, a discernir sobre lo más adecuado a cada caso y a establecer prioridades con recto criterio. La objetividad busca datos fiables, sin minusvalorar la intuición. Un directivo con sentido de responsabilidad asume como propias sus acciones y las consecuencias derivadas, razonablemente previsibles, sin echar las culpas a los demás.
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lunes, 23 de septiembre de 2013

Claves para mejorar la estrategia comercial

El profesor del IESE Cosimo Chiesa desvela en esta entrevista algunas de las claves para mejorar la estrategia comercial de nuestra empresa. 


En el siguiente video, el profesor del IESE Cosimo Chiesa desvela las claves relacionadas con la dirección de personas para mejorar la estrategia comercial de nuestra empresa.


Fuente: IESE Insight

domingo, 18 de agosto de 2013

Por qué un directivo debería ser humilde

La dimensión moral de la crisis financiera ha avivado el interés por la ética de los directivos de empresas, Gobiernos y organismos reguladores, de supervisión y de control. 

De entre todas las virtudes que se esperan de un directivo ético, hay una que resulta especialmente importante para aquellas personas que ocupan posiciones de gobierno o de dirección y que, sin embargo, ha sido ignorada en la ciencia económica: la humildad. 

Según el profesor del IESE Antonio Argandoña, esto se debe probablemente a una visión incompleta o mal enfocada de lo que significa ser humilde, de las razones por las que un buen directivo debería serlo y de la contribución de una actitud modesta al éxito y a la reputación tanto de la empresa como del directivo.

Corregir esa visión sesgada y aportar nuevos elementos de reflexión acerca de esta virtud es el objetivo del documento "Reputación y humildad en la dirección de empresas".



¿Qué significa ser humilde?

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lunes, 1 de julio de 2013

El regalo de la atención


¿Cómo conseguir prestar atención a las personas o a lo que hacemos? “Hacer una cosa después de otra —no varias simultáneamente— volcando toda nuestra atención y evitando las interrupciones de dentro y de fuera”. Este es el resumen de las palabras pronunciadas por el profesor Jaime Nubiola en el Acto de Graduación de los becarios Alumni del curso 2011-12 de la Universidad de Navarra.

La atención es muy necesaria para las relaciones interpersonales (entre vendedor y cliente, empleados, etc.). Con el paso de los años, quien se dedica a cultivar una forma de vida intelectual (por ejemplo, los estudiantes, los profesores, los directivos, etc.) descubre que la quintaesencia de la vida del espíritu es la atención, porque en ella es donde se articulan voluntad e inteligencia.

Si quieres reflexionar sobre la importancia de la atención y sus características, te animo a leer despacio ese texto, titulado "El regalo de la atención"

Fuente: UNIV Forum

El texto de la imagen es "Tienes que prestar atención a todo tipo de personas, porque hay veces que por poca edad que tenga una persona o por lo distinta que sea de ti, puede enseñarte grandes cosas".

sábado, 16 de marzo de 2013

¿Qué es Pregunting?

Grundsatzfragen Direktor o, lo que es lo mismo, director de preguntas fundamentales es el nombre que algunas empresas alemanas como Siemens, Bayer o Thyssenkrupp dan al responsable de cuestionar las decisiones y actuaciones de la compañía. Este concepto y cargo, poco común en otras empresas, pone de relieve la importancia que le otorgan estas organizaciones a reflexionar sobre lo que hacen.

Antonio Moar, autor de Pregunting (Empresa Activa), cree que saber preguntar es una habilidad fundamental para cualquier profesional: "La eficacia y la efectividad de las acciones que realizamos depende de las consultas que hacemos", explica. 

¿Sabemos preguntar?
El primer paso para dominar este arte tiene que ver con la actitud. Mostrar interés por nuestro interlocutor y algo elemental: saber escuchar. Para lograrlo no hay que interrumpir a la otra persona, ni interpretar su mensaje desde nuestro punto de vista, dirigir la conversación hacia nuestros intereses o increpar y reprochar su opinión. "Con este tipo de acciones destruimos el diálogo y al hacerlo cerramos posibles vías de información", comenta Moar. Sin embargo, si se dedica tiempo, atención e interés se crea un clima de confianza que favorecerá el intercambio de información.


Además, interrrogarnos a nosotros mismos nos ayuda a definir en qué somos buenos, en qué podemos mejorar y hasta dónde queremos llegar. En las relaciones laborales una pregunta con base, bien planteada y en el momento adecuado puede favorecer una venta, evitar un error y encontrar la solución que buscamos.


Fran Peavy, experto en la estrategia de preguntar, explica que "una buena cuestión actúa como una palanca que ayuda a abrir una puerta atascada. Genera curiosidad, favorece la creatividad y la búsqueda de alternativas".


Para hacer buenas preguntas se necesita un dominio importante de la temática sobre la que se quiere indagar. "Es cierto que el desconocimiento nos hace callar, pero también permanecemos en silencio por comodidad y por miedo. Las preguntas –también las que nos hacemos a nosotros mismos– nos incomodan, porque nos hacen reflexionar y dar nuestra opinión. Por eso las evitamos", explica Moar. Pero recuerda: por no preguntar se pierden muchas buenas ideas.


Orienta tu carrera
* Si no me pagasen por mi empleo, ¿por qué seguiría trabajando?

* ¿Siento pasión por lo que hago?

* Con mi actitud, ¿puedo ayudar a mejorar a los demás?

Fuente: Expansión