Marketing y Servicios: Whatsapp
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viernes, 16 de octubre de 2015

Prereza mental e Infelicidad Digital


Hay un peligro en Internet y en las redes sociales. Y es pensar que con la información tenemos suficiente y que cuanta más, mejor. No tenemos que pensar, sólo acumular más información (…). A medida que nuestro ordenador y nuestros sistemas de comunicación aumentan su capacidad, la gente puede creer que estar informados nos libra de tomar decisiones por nosotros mismos, con lo que, en vez de estimular nuestra creatividad, estamos potenciando nuestra pereza intelectual. Creemos que si acaparamos cada vez más información, no necesitaremos ideas propias. Ya las obtendremos de otras fuentes o de otra persona. Por tanto, ni siquiera examinamos los datos nosotros mismos. Nos basta con repetir lo que han dicho otros. Edward de Bono.


En los últimos años, la implantación de las redes sociales ha sido de tal calado que, hoy día, a la mayoría nos cuesta imaginar cómo nos relacionaríamos sin WhatsApp, Facebook o ­Twitter. Estas y otras herramientas digitales nos permiten estar en contacto permanente con gran número de personas, pero también han multiplicado las posibilidades de enfadarnos con un amigo, compañero o familiar, además de precipitar un sinfín de separaciones.


En este artículo veremos los principales riesgos de las relaciones en la red que gestionamos a través de nuestro ordenador o teléfono inteligente.

sábado, 9 de mayo de 2015

El coste de la adicción a las TIC

Según el último barómetro del CIS, correspondiente al mes de marzo de 2015, la gran mayoría de los españoles se mantiene "enganchado" a su teléfono móvil, su ordenador e Internet. El 80,1% consideró a su móvil un elemento muy necesario o bastante necesario; el 61% a su ordenador y el 68,4% a la conexión a Internet.
Las redes sociales y las aplicaciones de mensajería instantánea se han convertido en algo también imprescindible para los españoles: un 56,4% consideraba que aplicaciones como Whatsapp o Line son muy necesarias o bastante necesarias para ellos, y un 26,5% las redes sociales.
La telefonía móvil, ya sea para llamar o enviar SMS, ha desbancado al ordenador personal como la tecnología más utilizada. Prácticamente todos los encuestado utilizaron su móvil en los últimos 6 meses (92,9%), mientras que el ordenador sólo lo usaron el 66,6%. La mensajería instantánea, una vez más, se cuela entre las TIC más usadas, con un 69,6% de personas que las utilizaron en los últimos 6 meses; las redes sociales, un 47,7%.

domingo, 16 de noviembre de 2014

WhatsApp y el respeto




La introducción del ya famoso doble check azul de WhatsApp sin ningún tipo de opción para el usuario me da pie a escribir una columna sobre lo que considero ámbito privado en la comunicación, y sobre el concepto de respeto hacia los usuarios, columna que he titulado “WhatsApp y el respeto” (pdf).

La idea de proporcionar una evidencia al emisor de que su mensaje ha sido visualizado por el receptor no es, en principio, mala, y como desarrollo tecnológico, tampoco resulta excepcionalmente compleja o puntera. De haber estado ahí desde el momento en que adoptamos WhatsApp, nadie le habría puesto objeción alguna: sería, simplemente, la manera en que ese canal de comunicación funciona. De hecho, seguramente recibirá pronto esa misma consideración: algo que funciona así, y punto. Sin embargo, eso no quita que introducir esa funcionalidad cuando los usuarios no la han solicitado expresamente y en forma de despliegue radical, sin aviso de ningún tipo, y sin posibilidad de desactivación sea algo que suponga un importante factor de falta de respeto y de ausencia de empatía hacia el usuario. Tocar partes del producto que cambian la noción de cómo el usuario es percibido por su interlocutor, que proporcionan más información y violan suponen posibles violaciones de un nivel de privacidad esperado, o que son susceptibles de dar lugar a malos entendidos, susceptibilidades o problemas es algo característico de quien antepone claramente sus prioridades a las de sus usuarios.

Cambiar las reglas de una herramienta de comunicación cuando ya posee un número importante de usuarios en todo tipo de segmentos socioeconómicos y hacerlo así, mediante la simple introducción del cambio sin ningún tipo de explicación lleva a pensar en cómo gestiona sus prioridades de desarrollo la compañía, la misma que durante mucho tiempo mantuvo las comunicaciones de sus usuarios sin cifrar escudándose en que “los SMS tampoco iban cifrados y no pasaba nada”, o la que cuando finalmente decidió proporcionar ese cifrado, lo hizo de manera torpe y poco robusta, como quien simplemente “cumple el expediente”, en modo “a ver, pesados, ahí tenéis ese cifrado que tanto pedíais”.

La actitud de WhatsApp viene a demostrar por enésima vez que es una compañía que no está a la altura, que simplemente trata de gestionar una situación sobrevenida. No, la masiva adopción de WhatsApp en algunos países no es un triunfo del management ni del emprendimiento, sino lo que ocurre cuando un irresponsable ofrece a un mercado un producto sin ningún tipo de preocupación con respecto a sus posibles efectos. ¿Responde la pretendida sencillez de WhatsApp a una brillantez en su planteamiento? No, responde al descuido de factores que deberían darse por descontados, pero que la compañía, en lo que supone una clara falta de respeto hacia sus usuarios, decide no priorizar. Ahora, WhatsApp trabaja a toda velocidad en el desarrollo necesario para hacer opcional el doble checkazul, al tiempo que su fundador, Jan Koum, se dedica a decir en las entrevistas que no tiene ningún plan para ganar dinero con su aplicación. A ver si, con el tiempo, los usuarios empiezan a desarrollar algo más de criterio en sus decisiones de adopción…

A continuación, el texto completo de la columna:

WhatsApp y el respeto
Esta semana se ha hablado mucho de la introducción de una nueva prestación por parte de WhatsApp, la aplicación de mensajería más implantada en nuestro país: una doble marca azul que avisa cuando un mensaje ha sido leído por su destinatario.

En una aplicación de mensajería, cambiar las reglas del juego puede resultar problemático: para quienes están acostumbrados a utilizar una herramienta de una manera determinada, que ésta cambie la forma de presentar ciertos parámetros de una conversación puede generar malos entendidos o susceptibilidades. Si además esa función facilita más datos sobre la comunicación y se introduce obligatoriamente sin dar opción a su desconexión, pasa a ser, en realidad, una falta de respeto al usuario. Aunque parezcan detalles de poca importancia. Lo importante está en la actitud.

La escasa sensibilidad hacia el usuario ha sido una constante en WhatsApp desde sus inicios. Una empresa pequeña, centrada en la eficiencia de sus sistemas a costa de las prestaciones que ofrece. No cifrar las comunicaciones o hacerlo de manera poco segura con la débil excusa de que “los SMS tampoco se cifraban” supone poner en peligro a unos usuarios que han confiado sus comunicaciones a la compañía.

Ahora, WhatsApp se dispone a ofrecer una opción para desactivar la doble marca azul, tras tener evidencias de una mala acogida del mismo. En realidad, la funcionalidad no está mal diseñada ni resulta especialmente intrusiva: si hubiese estado ahí desde el principio, nadie habría protestado. El problema no está en la función, sino en la forma en que ha sido introducida.

El respeto al usuario es una norma fundamental de los negocios. Pero cuando el usuario tiene voz y canales de comunicación sociales a su disposición… más aún.

viernes, 7 de noviembre de 2014

El 'chek' azul de WhatsApp




La aplicación WhatsApp ha puesto en marcha en España la función de la doble marca azul, un icono que te confirma si se ha recibido el mensaje. Presionando sobre el texto, la aplicación también te informa de la hora en la que el destinatario lo ha leído, una novedad que ha generado polémica en tanto en cuanto se ve como algo poco discreto.


Según explica la propia aplicación, “los ticks o palomitas son importantes porque indican el estado de envío y recepción de un mensaje”. Una marca señala que el mensaje fue entregado al servidor, dos, que llegó al dispositivo del destinatario y el doble azul, que el destinatario lo ha leído. El doble check, que no se puede desactivar salvo que se bloquee al remitente, también será visible en los chats de grupo cuando todos los participantes reciban el mensaje. Para conocer la hora hay que presionar sobre el mensaje y, después, en información del mismo.

La novedad ha generado conversación en las redes sociales por el temor de que reste discreción en la comunicación. "Ya no podrás ignorar a nadie", ha sido uno de los comentarios más extendidos. La nueva función también ha generado la habitual cascada de memes y bromas en las redes.


El nuevo icono no es la primera funcionalidad de WhatsApp que genera controversia. Este servicio también incluyó en su actualización en 2012 la opción de desactivar el mensaje de "última vez" que se abrió la aplicación, así como la notificación de "en línea" o "escribiendo". Esta utilidad, sin embargo, te impide ver la situación o la última hora del resto de contactos que se conectaron. También si el usuario dispone de un iPhone puede suprimir los dos ticks que indican si el mensaje ha sido recibido por el dispositivo.

Fuente: El País
En un blog de El País, puedes ver una selección de los mejores tuits sobre esta noticia. Leer "Despedida por WhatsApp" y en este blog: "La culpa fue del WhatsApp"

 (Actualización 15.11.14): "WhatsApp cede ante las quejas y permite quitar el dobler 'check ' azul"

Agradezco a David García Hernández, alumno de Marketing TIC, su colaboración en esta entrada.

jueves, 16 de octubre de 2014

La utilización de las redes sociales en las empresas


El 85% de las empresas españolas buscan negocio en las redes sociales. Y parece que sus expectativas se cumplen. Más de la mitad consideran que el retorno obtenido de sus acciones en estas plataformas es igual o superior a la inversión. Twitter, seguida de Facebook y Linkedin, son las redes sociales preferidas por las compañías para promocionar sus productos y servicios, incrementar tráfico a la web o generar contactos con clientes potenciales.

Los dos objetivos más buscados en cada una de las redes sociales son mejorar la imagen de la empresa y el aumento de notoriedad de la marca. En tercera posición se sitúa la promoción de productos y servicios, según concluye un informe realizado por la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital) sobre los usos de las redes sociales en el entorno empresarial. 

En cuanto a las actividades más comunes realizadas en las redes sociales destacan la monitorización y análisis de los que se dice sobre la marca/empresa, la medición de indicadores o KPIs de retornos no económicos o la implementación de campañas y acciones publicitarias. 

Las redes sociales más utilizadas por las compañías de nuestro país son Twitter (79,44%), Facebook (79,29%), Linkedin (64,30%), YouTube (57,81%) y Google+ (51,16%)

En general, las empresas conocen las peculiaridades de cada plataforma, utilizándolas para distintos fines. Así, Facebook e Instagram son las elegidas por la mayoría para promocionar sus productos y servicios, mientras que Twitter, YouTube, Tuenti y Pinterest resultan ser las más adecuadas para incrementar tráfico a la web. Linkedin es vista como un lugar para conectar con clientes potenciales y Google+ se percibe como una herramienta idónea para mejorar el SEO. Por último, Foursquare es la red más utilizada para recoger las opiniones de los clientes. 

El informe destaca que WhatsApp, pese a la inexistencia de funcionalidades para clientes corporativos, se está incorporando a los servicios digitales usados con fines de negocio con una tasa cercana al 13%. Aunque su utilidad principal sería la comunicación interna, las empresas también observan este servicio de mensajería instantánea como un buen vehículo para entrar en contacto con clientes potenciales. 

En nuestro país solo un 2% de las empresas ignoran la comunicación digital, la mayoría (45,95%) por no considerarlas necesarias para su tipo de negocio, pero también por falta de preparación (18,92%) y falta de recursos (13,51%). 

¿Retorno económico?
El estudio también pone de relieve el bajo porcentaje de empresas que miden el retorno económico de la inversión realizada en redes sociales frente al elevado índice de empresas (cerca del 50%) que si miden otro tipo de KPIs de contenido no económico.

Por otro lado, dado que casi la mitad de las empresas usa las redes sociales para acciones publicitarias se confirma un elevado potencial de crecimiento para la contratación de medios pagados en los canales que los ofrecen. 

viernes, 28 de febrero de 2014

¿Existen los fraudes por WhatsApp?


En los últimos meses el servicio de mensajería WhatsApp ha sido protagonista de diversas noticias referentes a su inclinación a extender informaciones falsas (bulos) entre determinados colectivos. El bulo comienza en el móvil de una persona a través de un contacto, que a su vez dice haberlo recibido de otro contacto, y se extiende entre su grupo cobrando verosimilitud. 

La mayor parte de las veces alertan de peligros, pero también aluden a protestas u oportunidades de negocio. A veces tanta ha sido su difusión, que hasta se han conocido fraudes recientes cometidos a través de esta red de mensajería, transmitiendo la sensación de que el delincuente puede colarse entre nuestros contactos. Sin embargo, las estafas han tenido lugar por un cauce paralelo y no dentro de WhatsApp. En este artículo se desvelan cuáles son y se explica cómo evitarlas.

Para evitar fraudes de este tipo, hay que seguir una serie de pautas:

-No responder nunca a mensajes desde teléfonos que no se identifiquen con un contacto de nuestra agenda, ni dentro de WhatsApp, o servicios similares, ni por SMS. 

-No abrir archivos multimedia de estos mensajes por precaución. Aunque en los móviles la descarga de software solo se realiza desde las tiendas de aplicaciones, en el caso del sistema operativo Android pueden producirse desde terceras plataformas que desconozcamos.

Detalle de uno de los mensajes de texto

-Evitar la apertura de los enlaces que nos pasen y, sobre todo,...

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sábado, 22 de febrero de 2014

Facebook compra WhatsApp

La compañía Facebook ha alcanzado este miércoles un “acuerdo definitivo” para comprar la empresa de mensajería instantánea WhatsApp por 19.000 millones de dólares en total (más de 13.800 millones de euros). La operación está formada por dos pagos: un primer desembolso de 16.000 millones de dólares (unos 11.700 millones de euros), de los cuales 4.000 millones de dólares serán en efectivo y los 12.000 millones de dólares restantes en acciones de la conocida red social. (…)
La compra de WhastApp por parte de Facebook es una nueva muestra de los esfuerzos que la red social fundada hace 10 años por Mark Zuckerberg hace para no quedarse atrás y sortear los vaticinios de los analistas, que advierten del posible pinchazo de la empresa, que cuenta con más de 1.200 millones de usuarios. Desde hace un año se detecta una pérdida de interés de los más jóvenes, de ahí la compra de servicios que les enganchan más, como Instagram, hace dos años, y ahora WhatsApp.


Con la adquisición de Whastapp, Facebook sube la apuesta y espera aumentar su presencia en los dispositivos móviles, con los que pretende sostener su negocio. Los creadores del servicio de mensajería son Brian Acton y Jan Koum, dos antiguos trabajadores de Yahoo!. WhatsApp tiene más de 450 millones de usuarios. Pese a que su sede está Silicon Valley (California), tiene, sin embargo, su mayor éxito en Europa, ya que los norteamericanos prefieren otros servicios clásicos como Skype o (curiosamente) Facebook, su nuevo dueño.                   
La compañía de mensajería instantánea nació antes de la fiebre de los teléfonos inteligentes, como un servicio para suplir el alto coste de los mensajes de texto de pago, los SMS, una de las grandes fuentes de ingresos de las operadoras. Con la llegada de esta aplicación (y de sus competidores) las compañías telefónicas vieron cómo se esfumaba el negocio de los mensajes de pago.   


Los fundadores de WhatsApp

“WhatsApp está en el camino de conectar a mil millones de personas. Los servicios que alcanzan ese hito son de increíble valor”, indicó Zuckerberg, que ha destacado que esta nueva alianza permitirá “un mundo más abierto y conectado” y ha añadido: “WhatsApp complementará nuestros servicios de...
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miércoles, 23 de octubre de 2013

La culpa fue del whatsapp


Una noticia muy difundida en la prensa estos días, y que luego ha resultado ser un buloresponsabilizaba al whatsapp de haber causado millones de separaciones en todo el mundo. Afirmaba que los culpables son dos de las funciones de esta aplicación: el doble check, que indica que el mensaje ha llegado al receptor (aunque no lo haya leído), y la vista de la hora exacta de la última conexión. Estas dos opciones pueden generar un clima de desconfianza, al ver que el otro se ha conectado después de haberle enviado un mensaje y no “ha querido” contestar, cuando en realidad puede ser que simplemente no lo haya leído.
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Independientemente de que todo esto sea fruto de la imaginación, lo cierto es que cualquier pareja está bajo amenaza de sufrir una “crisis de whatsapp” siempre y cuando se cumplan estas dos condiciones: primera, un mal uso de tal aplicación, y segunda, una comunicación deficiente.
En primer lugar, es evidente que no debemos dejar nuestra relación en manos de un aparato telefónico; no obstante, hay muchos jóvenes y no tan jóvenes que lo hacen. Se han acostumbrado, nos hemos acostumbrado, a hablar más con los dedos que con la boca, a hacerlo a distancia y no en presencia, lo cual limita bastante lo que se quiere expresar. No hay símbolo que diga lo que se quiere decir, ni emoticono que sustituya a la expresión facial de la persona que nos está hablando.
Las investigaciones del psicólogo Albert Mehrabian sobre la comunicación de actitudes y sentimientos le llevó a la conclusión de que la comunicación digital, es decir, las palabras, cuentan solamente un 7%, mientras que la comunicación analógica, a saber, la voz (38%) y la fisiología (55%), el resto. Especialmente en la transmisión de sentimientos, la intensidad, el volumen, el tono, el ritmo y la velocidad de la voz, así como los gestos, la mirada, las posturas, la respiración y todos los demás aspectos fisiológicos, son mucho más decisivos que lo que se dice.
El mal uso del whatsapp se puede corregir utilizándolo para lo que sirve, para dar recados y poco más, y no pedirle que sustituya a una conversación personal. Algunas webs recomiendan una solución técnica, como es eliminar los indicadores check y de última conexión.

Pero esa solución técnica no soluciona el problema, si seguimos confiando nuestra intimidad a lo que puedan teclear nuestros dedos en un espacio tan reducido.
En segundo lugar, también resulta claro que una comunicación deficiente en la pareja propicia que se pueda caer en una crisis de whatsapp. El antídoto pasa por atender a las tres “ces” que aparecen en la palabra comunicación. La primera “c” es de conexión, pues no se puede mantener una relación sin que haya una conexión, una unión, un vínculo, entre los dos. La segunda es de cantidad, pues las relaciones se enfrían cuando se dejan enfriar, cuando se deja de hablar, cuando las palabras se quedan dentro de cada uno. La tercera “c” es la “c” de calidad, capital en toda comunicación, pues mientras la cantidad suma, la calidad multiplica. De nada nos sirve hablar mucho si las palabras que decimos no tienen ese peso que hace que no se las lleve el viento.
Al whatsapp le podemos pedir conectividad, inmediatez, cantidad, comodidad, diversión… pero no le podemos exigir lo que no puede dar: calidad en la conversación. De lo contrario, nos puede pasar lo que le ocurre a la pareja del cortometraje de Paco Caballero: el whatsapp es capaz de crear tales susceptibilidades entre ellos que acaban rompiendo la relación. Sin embargo, seguimos pensando que la culpa no fue del whatsapp, sino de la baja calidad de la comunicación.