Marketing y Servicios: Crisis de favores

martes, 19 de mayo de 2015

Crisis de favores


Se ha dicho que la crisis actual no es una crisis económica sino una crisis de valores. Estamos de acuerdo. No hay más que darse una vuelta por los mercados, no por los paneles de la Bolsa donde se muestran gráficas aterradoras, sino por el ágora, por las plazas, como hacía Sócrates en su tiempo, y ver lo que está pasando, y comprobar que el colchón acaba cayendo irremediablemente cuando se van rompiendo las varillas del somier. Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, hemos desterrado la honestidad como cosa de tontos, hemos puesto todo nuestro empeño en lo superficial, hemos querido vivir sin pensar, hemos despreciado el valor y nos hemos quedado con el precio, hemos tenido sin haber sido.

Esta crisis de valores es, en el sentido social, una crisis de favores. Para que una sociedad se sostenga necesita dos columnas: la justicia y la benevolencia, la legalidad y la concordia, los recursos y las buenas intenciones, el dinero y lo que no se puede comprar con dinero, las normas y los favores. Un favor no es ese que se hace a los amigos cuando uno ha conseguido un buen puesto, sino el beneficio que se hace a otro sin esperar nada a cambio, es decir, la ayuda mutua, el arrimar el hombro, el echar una mano, el estar ahí por si me necesitas… Los favores son microscópicos, pero, uno sobre otro, ayudan a sustentar la sociedad.
Séneca, en su tratado De beneficiis, abogaba por la recuperación de los favores o beneficios como única forma de salir de la crisis de valores que,.... 

como en nuestros días, estaba padeciendo el imperio romano. Para el filósofo cordobés, una cadena de favores (como la película homónima de Mimi Leder) sería la mejor manera de acabar con la “vanidad de la riqueza” que convierte a la sociedad en una ciudad cautiva, prisionera de los vicios que él describe: “los latrocinios y las expoliaciones, los adulterios, la embriaguez, los banquetes y la cocina sofisticada, el culto al cuerpo y a la belleza física, la crueldad individual y colectiva,… y la ignorancia”. Una sociedad ignorante se caracteriza por errar el blanco y buscar la felicidad donde no se halla: en el apego a las cosas.

Para salir de ésta necesitamos robustecer la columna de la benevolencia, recuperar los favores, algo que no se puede tocar con las manos –decía Séneca–, porque es un asunto del espíritu (res animo geritur). La sociedad ignorante, que desprecia cuanto ignora, no cree en los valores intangibles, como la honestidad, la amistad, la ayuda, la caridad, los favores…; sin embargo, sólo si contamos con ellos, podremos no sucumbir.



Los favores, los pequeños favores que nos hacemos unos a otros, tejen hilo a hilo una red invisible mientras los malabaristas de la economía siguen dando piruetas por el aire. Como todas las cosas importantes, los favores se aprenden en la familia. Se aprende, como dice al filósofo de Córdoba, que la intención es la que realza las cosas pequeñas y la que envilece las grandes; que conviene que el benefactor olvide lo que ha dado, mientras que el beneficiado nunca debe olvidarse de lo que ha recibido; que hemos de aceptar favores sólo de aquellas personas a las que nosotros también se los haríamos; que el que recibe un favor de buen grado ya lo ha devuelto; que quien no lo devuelve peca más, pero quien no lo da peca antes; que es, en fin, de bien nacidos ser agradecidos.

La crisis que estamos padeciendo es una crisis de favores. La sociedad no regala, sino que distribuye; no da, sino que presta. No puede hacer otra cosa. Bueno, quizá sí: no destejer por la noche lo que los padres han tejido durante el día. Invirtamos en favores, un valor que genera lazos de gratitud e insospechados beneficios, aunque no cotice en bolsa.
Fuente: Crisis de favores (Blog familia actual). Ver también: Cadena de favores
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4 comentarios :

Silvia Castelbón Sanz dijo...

No estoy de acuerdo con que la crisis actual no sea económica y sea una crisis de valores. Puede que sí que nos encontremos con las dos situaciones pero negar la crisis económica en sustitución de una de valores no me parece correcto.

Sinceramente no creo que realizando favores la crisis económica no hubiese sucedido, salvo que se pueda considerar como favores perdonar los créditos concedidos a quien no puede a día de hoy asumirlos, perdonar las hipotecas a quien no puede hacer frente a los pagos pues no tiene trabajo, no despedir a trabajadores que la empresa ya no puede tener en plantilla por la caída de la demanda,....

Silvia Castelbón Sanz
Marketing Internacional

Xaro dijo...

Dudo que la crisis actual no sea una crisis económica sino una crisis de valores.
Desde el comienzo de esta crisis creo que se a visto reforzados los valores de las personas (humildad generosidad, apoyo , lucha contra los desahucios...) dado que la mayoría de las ayudas destinadas a las familias/personas mas desfavorecidas surgen de gente humilde que deciden entregar un poquito de ellas; y no de los políticos o altos cargos de este país, que son los realmente culpables de esta situación y que no hacen nada por nosotros.
Hay es donde tendríamos que demostrar nuestros valores exigiendo resultados y mayores penas de cárcel para todos ellos.

Rosario Muñoz Santamaría
MK: Fundamentos

Unknown dijo...

En mi opinión, no se puede negar que estamos en frente a una crisis económica. Lo que hay que preguntarse realmente pero es de donde viene esta crisis. En este sentido me encuentro perfectamente de acuerdo con el articulo: la crisis económica es una consecuencia de una crisis de valores. Esta crisis nos permite reflexionar, pararse y pensar, y nos permite sobretodo volverse en unos seres mas responsables y tener una mirada mas sensible hacia el futuro. Lo que falta en esta sociedad yo creo sea el concepto de solidaridad. Demasiadas veces la gente piensa solo en si mismo, en su beneficio y en su bienestar generando competición, desconfianza en el próximo y inseguridad. La crisis de valores no va pero sola, hay que decir que estamos viviendo un cambio tecnológico importante que va a afectar sobretodo nuestro entorno social y por eso el modo de relacionarse con los demás. Interesarse por el bien común es, en mi opinión lo que hace falta para recuperar valores y para salir de esta crisis, empezando de una pensada redistribución de la renta y de la riqueza.

David Azulay dijo...

La pelicula te deja impactado como un niño en un aula crea una teoria basado en un circulo sinfin de ideas y toda la trama trata de eso.Pienso que hoy en dia esos valores de solidaridad se estan perdiendo y que deberiamos ayudarnos mas entre todos.
Si uno no comparte las relaciones humanas se hacen cada vez mas frías y distantes.Hay que buscar el beneficio mutuo no solo el propio,eso nos hara crecer como personas y darnos cuenta de que un mundo mejor construido.a todos los niveles empieza por la geberosidad con independencia del momemto economico que atraviese cada país,continente o el mundo.
David Azulay Torres
Alumno de marketing de servicios UAH.